Proyectando el futuro del bitcoin, muchos califican el halving como uno de los principales factores de su crecimiento. Pero, ¿cómo afectará este acontecimiento al ecosistema de la criptomoneda?
Para responder a esta pregunta, primero hay que entender qué es el halving y por qué es importante.
Básicamente, se trata de una deflación programada mediante la reducción a la mitad de las recompensas para los mineros que ocurre cada 210.000 bloques (aproximadamente cada cuatro años).
Así, en abril de este año, tendremos el cuarto halving cuyo resultado será que en lugar de 6,25 BTC, las recompensas a los mineros por encontrar un bloque se reducirán a 3,125 BTC.
A medida que la generación de monedas se ralentiza, la nueva oferta en el mercado disminuye. Si se mantiene la demanda de BTC, su precio debería aumentar en consecuencia.
Pero no hay que esperar una subida astronómica una vez pasado el acontecimiento, porque tarda en reflejarse, como podemos ver en los tres últimos halvings.
Así, en los tres primeros meses tras el segundo halving, el precio del activo solo aumentó un 2,6%, y solo en el quinto mes el crecimiento fue más significativo.
En cuanto a la tercera reducción a la mitad, en los tres primeros meses, el precio del bitcoin aumentó un 21%. Mejor, pero como podemos ver, no hubo un crecimiento rápido inmediato.
¿Qué esperar esta vez?
Gracias al flujo de dinero inteligente y a la mayor experiencia de los inversores, la naturaleza del trading ha cambiado, el mercado se ha vuelto diferente, más inteligente y menos caótico.
Como resultado, acontecimientos como la aprobación de ETFs de BTC al contado y en perspectiva el halving se tienen en cuenta en el precio de antemano, y la recogida de beneficios se produce después.
En otras palabras, está claro que el BTC subirá a la luz del halving, pero el alcance y la duración de la subida siguen sin estar claros, por lo que no es aconsejable hipotecar la casa por ello.