A pesar de la aprobación de los ETFs de BTC al contado y de la adquisición activa de fondos relacionados de la moneda, no hay indicios de que vaya a disminuir la presión reguladora sobre el sector.
Esto se aplica no solo a los requisitos de mayor transparencia en las operaciones y el intercambio de información con las autoridades, sino también a la regulación de la industria minera.
En el caso concreto de los mineros, el Departamento de Energía de Estados Unidos ha empezado a estudiar la cantidad de energía que consumen quienes buscan nuevos bloques.
El detonante de este repentino escrutinio fue un incidente ocurrido hace seis años, cuando la ciudad de Plattsburgh tuvo que hacer frente a subidas de tarifas para los residentes debido a la afluencia de mineros.
Suponiendo que lleguen a la conclusión de que los mineros son realmente una amenaza para el sistema eléctrico del país, ¿qué ocurriría entonces? ¿Se cerrarían todas inmediatamente?
Este último escenario es poco probable, pero es posible que se introduzcan algunas restricciones en la asignación de electricidad para la minería en los estados.
Cabe destacar que en 2021, Estados Unidos se convirtió en el líder en participación (aproximadamente el 40%) en la tasa de hash de Bitcoin, superando a China en el ranking.
Por lo tanto, es poco probable que las empresas acepten libremente cualquier intento de restringir sus operaciones. Por otra parte, la salida masiva de mineros también podría reducir los ingresos fiscales.
En un momento en que el país atraviesa uno de sus mayores déficits presupuestarios, es evidente que no conviene aumentar el gasto para pagar el servicio de la deuda. Ahora cada céntimo importa.
¿Por qué se realiza ahora este estudio?
Algunos lo atribuyen a las próximas elecciones y a un intento de mostrar preocupación por el clima. Otros culpan a la proximidad del halving del Bitcoin y sus posibles implicaciones para el consumo de energía...
Sea como sea, en este momento no existe una amenaza inminente para los mineros estadounidenses y, en consecuencia, para toda la red de la criptomoneda líder.
Aún así, si la retórica sigue endureciéndose, la segunda mayor red, la del ethereum, podría beneficiarse de un ecosistema más sostenible.
Cabe recordar que al pasar de Proof-of-Work (PoW) al Proof-of-Stake (PoS) la red redujo el consumo de energía en un 99%, gracias a su transición.