Si preguntamos a la primera persona de la calle qué acciones han subido más en los últimos tres meses -las de una empresa tecnológica como Apple o las de una marca de ropa deportiva como Nike-, casi seguro que apostarán por la tecnológica.
Sin embargo, la realidad es bien distinta: mientras las acciones de la compañía de Tim Cook han caído un 6%, las de Nike han subido más de un 15%.
En cuanto a la pregunta de a qué se debe la diferencia: a las expectativas. En el caso de Apple, aunque sus resultados del segundo trimestre de 2025 batieron las previsiones, la propia empresa advirtió de que para el próximo trimestre espera un crecimiento muy modesto de los ingresos -de un solo dígito- y una caída de los beneficios, debido al aumento de los costes y a las tensiones comerciales.
Nike, por su parte, también superó las expectativas del mercado incluso con cifras que a primera vista podrían parecer preocupantes: ingresos anuales un 14% inferiores, beneficio por acción desplomado un 83% y una caída del 26% en ventas directas debido a problemas logísticos y aranceles heredados de la era Trump, pero lo más importante es que la compañía mejoró sus previsiones para el año fiscal 2026.
En concreto, Nike espera ahora volver al crecimiento, con un aumento de sus ingresos de entre el 3% y el 5%, así como una reducción de su nivel de endeudamiento. Según la empresa, lo peor ya ha pasado, y ahora solo queda mirar hacia arriba. Sin embargo, hay que tener en cuenta el complejo entorno: la competencia es feroz y las perspectivas en Estados Unidos y China siguen siendo inciertas.
Por ahora, los mercados se han tragado la historia. Pero, como siempre, el panorama puede cambiar rápidamente si, por ejemplo, no se resuelven las tensiones comerciales entre EE. UU. y China, o si la economía estadounidense se debilita bruscamente. Lo mismo podría afectar a sus principales competidores, como PUMA. Si la economía flaquea, el sector podría resentirse.
Obviamente, no se puede comparar de forma tan brusca a dos compañías de sectores completamente diferentes, menos aún sin mirar su recorrido reciente: desde 2024, las acciones de Apple han subido casi un 13%, mientras que las de Nike han caído cerca de un 30%. La clave está en que el mercado reacciona a las expectativas, y por ahora parece creer que las perspectivas de Nike son mejores.