Con más de un 90% de probabilidad, la Fed bajará los tipos en su reunión de septiembre, según CME FedWatch Tool. Lo que aún no se sabe es si el recorte será de 25 o de 50 pb. Tal vez el informe de empleo de este viernes lo aclare: si los datos son flojos, la Fed tendrá margen para actuar con más fuerza.
Lo que está claro es que, por fin, ha llegado el momento del cambio en la política monetaria. Lo lógico en este contexto sería que los rendimientos de los bonos del Tesoro —sobre todo los de largo plazo, a 10 y 30 años— bajaran y sus precios subieran. Sin embargo, siguen prácticamente en el mismo nivel que hace seis meses.
¿Por qué no aumenta la demanda de deuda de EE. UU.?
La razón es similar a lo que ocurre en Europa. En medio de las preocupaciones sobre la salud de las finanzas públicas, los rendimientos de los bonos en Francia y el Reino Unido no solo no han bajado en los últimos dos años, sino que han subido, a pesar de los recortes de tipos por parte del BCE y el Banco de Inglaterra.
En Francia, por ejemplo, la deuda supera el 114% del PIB y el déficit presupuestario se sitúa en el 5,8%, casi el doble del límite del 3% fijado por la UE. En el caso del Reino Unido, aunque su deuda ronda el 96,3% del PIB, crece el temor a una crisis similar a la de los años setenta, que le obligaría a recurrir al FMI.
En cuanto a Estados Unidos, el gasto público sigue aumentando y la deuda nacional supera ya los 37 billones de dólares. Con el reciente proyecto de ley presupuestaria de Trump, es difícil imaginar que se produzca una mejora en la próxima década. Por qué los inversores exigen cada vez más una prima de riesgo.
¿Quién podría beneficiarse de todo esto?
Más allá del oro, que sigue siendo el refugio clásico, es posible que veamos un flujo de capital hacia las criptomonedas, incluido el BTC/USD. Sin embargo, es poco probable que estas se consoliden como un activo refugio, lo que significa que, en caso de una caída del mercado bursátil, también podrían verse sufrir.