¿Se avecinan despidos masivos por culpa de la IA?
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La fiebre por la IA, impulsada en gran medida por inversiones multimillonarias de las BigTech, como Amazon o Microsoft, puede haber ayudado al Nasdaq y S&P 500 a alcanzar nuevos máximos, pero también ha despertado la preocupación entre los trabajadores, que ahora temen ser sustituidos por la tecnología.

¿Qué tan plausible es ese riesgo?

Según un estudio reciente del Budget Lab de Yale, no se han producido disrupciones significativas en el mercado laboral desde el lanzamiento de ChatGPT. Por ahora, las únicas personas afectadas parecen ser aquellas que solicitan puestos junior o prácticas. Pero, en general, se ha evitado lo peor...

Parte de la explicación tiene que ver con el rendimiento aún cuestionable de la IA. En concreto, según el MIT, el 95 % de las empresas que invierten en IA no obtienen ningún rendimiento y, en muchos casos, acaban gastando dinero en vano. De hecho, en ocasiones el uso de la IA puede incluso provocar pérdidas.

Este, por ejemplo, fue el caso de Deloitte. Al preparar un informe para el Departamento de Empleo y Relaciones Laborales de Australia (DEWR), se utilizó Azure OpenAI GPT-4. El modelo cometió múltiples errores, entre ellos incluir referencias académicas a personas inexistentes y citar sentencias falsas del Tribunal Federal.

Además del golpe a su reputación, la consultora tendrá que pagar una indemnización.

Dicho esto, la IA solo mejora el trabajo cuando la utiliza alguien con conocimiento. En manos inexpertas, puede generar errores o empeorar los ya existentes. Quizás esto cambie en el futuro, pero por ahora, estos fallos hacen poco probable que los desarrolladores, contables o analistas sean sustituidos por máquinas.

En cuanto a los mercados, el entusiasmo por la nueva tecnología parece exagerado. Basta con fijarse en Oracle, cuyas acciones se desplomaron tras el anuncio del contrato de 300.000 millones de dólares con OpenAI, cuya viabilidad sigue siendo cuestionable, ya que ambas empresas atraviesan dificultades financieras.

Así, mientras que el creador de ChatGPT sigue operando con pérdidas, las cifras de Oracle tampoco son muy alentadoras. Además del flujo de caja negativo debido a los enormes gastos de capital, preocupa la baja rentabilidad del alquiler de servidores y, en algunos casos, por las pérdidas que esto genera.

Sin embargo, las caídas casi nunca ocurren sin una razón de fondo, aunque todo el mundo sepa que hay una burbuja. Lo que queda por ver es cuál será la noticia que la desencadene.

Las opiniones expresadas en este artículo son las de sus autores

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