Página principal Foto

Las escuelas chinas donde el objetivo es el entrenamiento deportivo y el estrellato olímpico.

La primera vez que Susan Brownell entró en un gimnasio de la Escuela de Atletismo Amador-Juvenil de Yangpu, en Pekín, China, tuvo que luchar contra sus impulsos.

Brownell, un antropólogo de la Universidad de Missouri-St. Louis, cuenta a Tech Insider: "Vemos a estos niños tan pequeños, que prácticamente todavía usan pañales, y es increíble lo que pueden hacer a esa edad. Consiguen doblarse como si fuesen pretzels cuando hacen ejercicios de flexibilidad".

Shichahai es solo uno de los miles de internados de deportes que existen por toda China. Con una financiación considerable por parte del gobierno federal, niños de 6 años que demuestran su talento desde tan jóvenes en deportes como el taekwondo, el ping pong, la gimnasia y el bádminton, entrenan durante años con la esperanza de llevar dinero y honor a sus familias.

Para la mayoría, el sueño acaba pronto. Sin embargo, para otros, es el primer paso en el camino hacia el estrellato olímpico.

A partir de su diplomacia del ping-pong en la década de 1970, en la que un intercambio de jugadores de ping pong entre EE. UU. y China alivió las tensiones de la Guerra Fría, el país ha utilizado el deporte para alcanzar el honor.

Cuando Pekín fue seleccionado para los Juegos Olímpicos de 2008, se lanzó el Proyecto 119 – una iniciativa para hacerse con las 119 medallas de oro en modalidades deportivas en las que China tuvo dificultades en el año 2000.

Ese sueño de dominio olímpico sigue vivo en las escuelas deportivas dispersas por toda China, donde los niños se preparan para los Juegos del 2020 y de años posteriores.

Muchos estudiantes provienen de familias desfavorecidas que ven el deporte como un pasaporte para salir de la pobreza. Según Brownell, el ganar las primeras pruebas olímpicas da a los atletas y a sus familias la oportunidad de vivir en la ciudad y el estatus que viene con ello.

"Los padres que han recibido una educación superior no suelen apoyar a sus hijos para que entren en una escuela deportiva, ya que en estos internados la educación no es muy buena", afirma Brownell.

Por supuesto, lo más importante es el entrenamiento.

Desde el principio en la escuela pública, se divide a los niños en cinco categorías en función de su talento: deportista internacional, deportista nacional, Grado 1, Grado 2 y Grado 3. Generalmente, solo los niños de Grado 1 o superior van a internados deportivos.

Durante décadas, solían ser "escuelas deportivas para el tiempo libre", que entrenaban a niños de los niveles de Grado 2 y 3. Sin embargo, el gobierno ya ha dejado de financiar a estos niños para centrarse más en sus atletas de élite.

Según los datos de 2013 (el último año del que se disponen datos, de los 51.000 atletas que llegaron a los equipos nacionales o provinciales, aproximadamente 11.000 pertenecían a las categorías deportistas o de Grado 1 – los que van a competir por lograr un puesto en la plantel olímpico.

En 2013, la Administración General de Deportes, la principal agencia de atletismo en China, gastó casi 600 millones de dólares en deporte y entrenamiento.

Al inicio de los Juegos Olímpicos de Londres en 2012, Zhao Genbo, entrenador de gimnasia, dijo a CBS News: "El desarrollo económico de China impulsa nuestro desarrollo deportivo. Nuestros entrenadores y atletas pasan por grandes dificultades para alcanzar la gloria".

Shichahai y un sinnúmero de colegios de este tipo cuentan con novedosas instalaciones de entrenamiento para que los niños perfeccionen sus talentos.

Sin embargo, según Brownell, la búsqueda de la fama olímpica consume sus vidas, convirtiendo a menudo el deporte que aman en una rutina monótona.

Brownell explica: "Básicamente comen, entrenan y se supone que van a clase, pero no siempre. La gran mayoría de ellos lo hacen por razones prácticas, que son conseguir una vida mejor para ellos y sus familias".

Sin duda, los niños que entrenan en Shichahai y en otras escuelas deportivas vecinas, de cara a los Juegos Olímpicos de Río, tienen sus miras puestas en el oro.

Sin embargo, para otros – aquellos que lo dan todo pero todavía no están a la altura – después de una década de entrenamientos puede que no estén bien preparados para el mundo real, dice Brownell.

Brownell comenta: "La gran mayoría de estos atletas no se convertirán en medallistas olímpicos. Pero incluso si los niños caen en el olvido, simplemente es así como funciona este sistema. Eso es para lo que fueron criados: para producir vencedores de medallas".

Hasta el momento, este sistema ha sido relativamente exitoso. En los Juegos Olímpicos de Londres, China se llevó a casa 87 medallas, quedando por detrás del máximo líder de medallas, Estados Unidos, por 17 medallas.

Tal vez 2016 sea el año en que el dominio de China en el atletismo se puede traducir en una victoria a nivel mundial.

Strawberry Cake Media Corp. © 2024 Política de Cookies Equipo editorial Archivo

ihodl.com es una publicación ilustrada sobre criptomonedas y mercados financieros.
Publicamos todos los días los mejores contenidos sobre temas relevantes para personas interesadas en la economía.

Los derechos de los contenidos publicados son propiedad de sus respectivos dueños.
Este sitio web incluye material cuyos derechos de autor pertenencen a 2024 Reuters. Todos los derechos reservados.