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Existen cuatro empresas que planean producir y distribuir coches voladores en los próximos años. ¿Cuáles serán los requisitos y obstáculos para que esta revolución se haga realidad?

Un sorprendente número de pequeñas empresas de todo el mundo compite por ser la primera en ofrecer coches voladores a los clientes y muchos predicen que 2017 supondrá un punto de inflexión en la industria.

Terrafugia, AeroMobil, Moller International y PAL-V son solo algunas de las empresas que planean fabricar, vender y distribuir sus vehículos dentro de los próximos años.

Terrafugia, empresa estadounidense fundada por estudiantes de posgrado de MIT, espera comenzar la producción de su coche volador "Transition" en 2017. Ya ha aceptado depósitos de cerca de 100 clientes.

El Transition de Terrafugia en pleno vuelo

La empresa eslovaca AeroMobil tiene planeado terminar el diseño de su coche volador y aceptar los depósitos en 2017.

EL prototipo de AeroMobil 3.0

PAL-V, de los Países Bajos, ya ha empezado a recibir pedidos para su vehículo y espera que las entregas comiencen en la primavera de 2017.

El modelo ONE de PAL-V parece una mezcla entre una motocicleta y un girocóptero

Y Moller International, con sede en California, ha comenzado a aceptar los depósitos y dice que podría empezar a vender sus primeros vehículos voladores el próximo año, desde el momento en el que la Administración Federal de Aviación de EE. UU. conceda los permisos de regulación necesarios.

Ilustración del Skycar de Moller International, diseñado para elevarse verticalmente como un dron

Todas estas empresas tienen grandes esperanzas en el futuro, pero varios grandes obstáculos podrían mantenerlos alejados de sus objetivos a corto plazo.

Muchas empresas predijeron que comenzarían a vender sus vehículos en uno o dos años, pero han tenido que retrasar sus planes una y otra vez.

Tal y como están las cosas, los reguladores son la razón principal de que los coches se mantengan alejados de las carreteras y del cielo.

Los vehículos han de pasar numerosas pruebas para demostrar que están listos para las carreteras y que son aptos para volar. Pueden pasar años hasta conseguir todos los certificados necesarios de aviación, tránsito y transporte.

«Fabricar algo que funcione es diferente a fabricar algo que esté permitido», dice Robert Dingemanse, Director Ejecutivo de PAL-V, quien asegura que su vehículo de estilo girocóptero cumple todas las normas europeas y estadounidenses de tránsito terrestre y aéreo.

Aunque un observador casual pueda pensar que estas normas son un impedimento, están hechas para mantener la seguridad de todos tanto por aire como por tierra.

Caso ilustrativo: A principios de mayo el prototipo de AeroMobil 3.0 se estrelló durante un vuelo de prueba. El piloto salió ileso, pero la situación demuestra con claridad la importancia de una regulación cuidadosa y de estrictas certificaciones de seguridad.

El prototipo del Aeromobil 3.0 se estrelló el 8 de mayo durante un vuelo de prueba

La empresa aseguró a CNNMoney que el accidente no retrasaría su ambicioso objetivo de comenzar a ofrecer vehículos en 2017. Ya han comenzado a arreglar el prototipo actual y están construyendo uno nuevo.

Además de las preocupaciones sobre las regulaciones y la seguridad, la falta de fondos puede obstaculizar el desarrollo o incluso interrumpirlo completamente.

Hace poco, AeroMobil aceptó una inversión de 2,5 millones de euros (2,8 millones de dólares) de una empresa de capital de riesgo, después de haber sido financiada completamente por su Director Ejecutivo y cofundandor, Juraj Vaculik. Los ejecutivos de la empresa esperan conseguir más inversores en un futuro inmediato, a pesar del reciente accidente.

Paul Moller, fundador de Moller International, ha dicho que ha gastado casi 200 millones de dólares en el desarrollo de sus vehículos voladores desde la década de los 70. Siempre espera poder reunir más dinero.

«Hay mucho dinero en este país. Lo que hay que hacer es demostrarle a la gente que tienes un producto con futuro», comentó a CNNMoney.

Otro reto obvio es conseguir clientes. Sin embargo, los empresarios de coches voladores parecen impertérritos. Algunos dicen que tienen como objetivo el ejército y las agencias del orden público, mientras que otros afirman que su objetivo son los ricos y los empresarios.

AeroMobil dijo que quería explotar el mercado de lujo, con gente rica que puede permitirse comprar coches de lujo y yates como público objetivo.

«Los primeros innovadores serán del tipo de persona que busca tener la última tecnología, vivir nuevas emociones y que le gusta tener las más avanzadas soluciones de transporte», aseguró el Director Ejecutivo de AeroMobil a CNNMoney.

Los precios suelen rondar los 300.000 dólares, pero pueden variar mucho. El Director Ejecutivo de PAL-V, Dingemanse, ha dicho que planea vender sus vehículos por 300.000 euros (340.000 dólares) cada uno, pero que también ofrecerá un modelo de «edición limitada» por 500.000 euros (556.000 dólares).

Pero cualquiera que esté pensado en comprar un coche volador tiene que saber que no será como los que aparecen en la serie Los Supersónicos, en la que los conductores vuelan por ahí siempre que quieren.

Muchos de estos aviones voladores necesitarán pistas para despegar.

«Si no puedes despegar verticalmente, necesitas un aeropuerto», dijo Moller.

Incluso los vehículos de Moller, diseñados para despegar de manera vertical como los drones, necesitarán «vertipuertos», ya que originan demasiado viento para las zonas residenciales, según el propio Moller.

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