La realidad virtual y el futuro de la soledad

La industria de la pornografía está desarrollando tecnologías digitales avanzadas - la realidad virtual.

Hace algunas semanas, una empresa de juguetes sexuales llamada Lovense y una empresa de porno de realidad virtual llamada VirtualRealPorn anunciaron su colaboración. Pronto, la creciente biblioteca de VirtualRealPorn de vídeos de porno de realidad virtual (RV) se combinará con el vibrador digital de Lovense y el juguete Fleshlight-esque Max para estimular tus partes sensibles junto con sexo virtual.

Aún no se está fabricando todo, por lo que no lo he probado (y no estoy seguro de si lo probaría), pero sí que vi uno de los más recientes vídeos de VirtualRealPorn. La experiencia fue tanto aterradora como erótica.

Este extraño futuro ya no es una fantasía lejana. Está a la vuelta de la esquina. Si ya has tenido en tus manos un Oculus Rift, un Samsung Galaxy Gear o incluso un visor Google Cardboard y un teléfono Android de rango medio, puedes hacerte a la idea por ti mismo.

Si no has experimentado la realidad virtual en ninguna de sus formas - porno o de otra manera - es un poco difícil de captar, pero el RV es un avance legítimo en el entretenimiento y la narración.

La diferencia entre realidad virtual y el resto de medios de narración anteriores es algo llamado «presencia». Para aquellos a los que no les resulte familiar este término, la presencia es eso que sucede cuando estás inmerso en la experiencia virtual delante de ti. En su encarnación ideal, tu mente acepta la ilusión de que tú estás ahí.

Existe una buena cantidad de obstáculos técnicos difíciles para una presencia completamente «inmersiva» en RV. En algún momento todos estos serán superados.

De hecho, los equipos de Oculus VR y HTC Vive/Valve están trabajando muy duro a diario, dando pasos y saltos ocasionales para sobrepasarlos.

En estos dispositivos exitosos y el software de estos, la presencia básica ya ha sido alcanzada. 
Con porno de RV bien producido, incluso esta presencia rudimentaria crea una experiencia muchísimo más intensa y erótica.

Tal y como dijo el cofundador de VirtualRealPorn, Mike Kovalsky (nombre ficticio) cuando lo entrevisté: «Cuando ves porno estándar, tienes que ver lo que el director decide mostrarte. Pero en RV tienes a la actriz delante de ti y puedes elegir si la miras a los ojos, observas sus tetas o te centras más abajo».

Incluso con un teléfono de rango medio HTC y la Google Cardboard atada a mi cabeza, me parece que los vídeos de VirtualRealPorn han supuesto un paso adelante.

Y esto es solo el comienzo.

Cuando se lanzó VirtualRealPorn en enero de 2014, fue duro salir adelante. Los dos cofundadores - Kovalsky y su nuevo marido - invirtieron el dinero que habían ahorrado para su luna de miel en esta nueva empresa de porno de realidad virtual y no tenían ninguna experiencia ni en RV ni en porno. Lo que sí tenían, sin embargo, eran algunos de los precursores necesarios.

Kovalsky poseía casi una década de experiencia en óptica y electrónica y suficientes conocimientos de codificación para hackear juntos un sitio web y paywall.

Con estas habilidades clave y ese dinero de la luna de miel, creó su primer equipo para vídeos porno de RV: una cámara estereoscópica que grabaría vídeo en 120 grados. El software era lo siguiente.

Las tecnologías que permiten realizar vídeos RV son aún nacientes, de tal manera que Kovalsky tenía que tirar de una mezcla de las herramientas de edición de vídeo existentes y mucho código personalizado para coger los vídeos grabados por las cámaras y juntarlas en un todo coherente.

Por supuesto, los primeros vídeos que hicieron fueron tremendamente caros: Los ángulos de cámara y las posturas sexuales eran torpes y la edición era un desastre. Las quejas de los primeros que adoptaron esta tecnología fueron numerosas y rotundas.

Pero como cualquier proceso al que uno se enfrenta con dedicación y énfasis, Kovalsky, su marido y su equipo mejoraron cada día en la realización de porno «inmersivo». 
Pronto tenían un equipo con el que lograban los 180 grados. Su software, las técnicas de edición, los ángulos de cámaras y las posturas sexuales comenzaron a funcionar lo suficientemente bien para crear una presencia creíble.

Las críticas técnicas de los que adoptaron pronto la tecnología se convirtieron en sugerencias para mejorar y peticiones de intérpretes particulares.

VirtualRealPorn tiene ahora más de 45 vídeos en su web, un número creciente de suscriptores que pagan y un equipo irregular de siete. Muy pronto comenzarán a grabar con su nuevo equipo personalizado que logra los 360 grados.

Y luego está la asociación con Lovense, la empresa teledildónica.

Se habla mucho del «Internet de las cosas», pero con pocas excepciones, sus aplicaciones exitosas siguen pareciendo un tanto abstractas, como si siempre estuvieran a la vuelta de la esquina.

La teledildónica, el nombre de fantasía para «juguetes sexuales conectados a internet» lo convierte todo en real. 
Pese a que los juguetes sexuales conectados han estado ahí desde hace ya algunos años, han tenido dificultades para encontrar un caso de uso exitoso. Con el porno de realidad virtual, puede que haya llegado su momento.

Funciona más o menos así: A la vez que editan sus películas en la postproducción, el equipo de VirtualRealPorn añade «ganchos» de software a lo largo de la acción. Utilizando tanto Bluetooth como Wifi, estos «ganchos» se comunican con los juguetes conectados de Lovense y les dicen lo que está sucediendo en la escena. Los juguetes de Lovense recogen las señales y reaccionan vibrando, girando o moviéndose de otra manera junto con las rotaciones genitales en la pantalla.

Si piensas que es difícil imaginar a alguien atado a unos cascos de RV y conectado a un juguete sexual solo para tener sexo virtual con una estrella del porno, entonces es probable que no le hayas echado la suficiente imaginación. 
La clave para la RV, no te olvides, es la «presencia». Cuanto más eficientemente trabajen de manera conjunta el software y el hardware para convencer a tu mente de que está ahí, más «inmersiva» e intensa será la experiencia.

Y parece ser que la demanda de porno virtual «inmersivo» es muy abundante. Según Kovalsky, fundador de VirtualRealPorn, a pesar de que el mercado de RV sigue siendo joven, sus clientes de pago se cuentan por muchos miles. La división entre dispositivos (Oculus, Galaxy Gear y Google Cardboard) está a punto de igualarse.

Es posible que muchos de los clientes de Kovalsky compraran su equipo de RV sencillamente porque tenían curiosidad sobre la nueva tecnología y solo entonces encontraron su camino hacia el porno. Pero es igualmente probable que un porcentaje significativo de ellos tuviera la lógica opuesta y el porno fuese la base para tomar la decisión de comprarlo.

De cualquier manera, estas miles de personas que pagan alrededor de 7 dólares al mes por ver porno de RV y el salto de atarte un dispositivo a tu cabeza de atarte otro a tus genitales no es tan grande. De hecho, parece inevitable.

Como Jackie Treehorn, la productora de ficción de porno en El gran Lebowski dijo inteligentemente a The Dude, «El cerebro es la mayor zona erógena de todas».

Desafortunadamente es la menos comprendida. 
El año pasado un estudio encontró una correlación entre el consumo superior a la media de porno con menos centros de recompensa en el cerebro que la media.

A pesar de que se les dio excesiva publicidad a estos estudios por muchos de los comentaristas (correlación no es igual a causalidad, amigos), este estudio parece sugerir que las personas que ven mucho porno experimentan menos placer en el resto de sus vidas.

Sigue sin saberse si el consumo de porno lleva a menor placer o si menos placer conduce a más porno, pero mi intuición me dice que existe un circuito de retroalimentación positivo entre los dos.

El caso es que los humanos somos animales sociales y los que más inventamos en temas de sexo.

Las conexiones reales, físicas y mentales de carne y hueso con otros humanos parece ser fundamental para una percepción positiva de uno mismo. De la misma manera, como sugiere el caos psicológico causado por el confinamiento solitario, la ausencia de estas cosas es destructiva.

Para la mayoría de las personas (la población asexual y la juventud japonesa que se abstiene), el sexo con otra persona, especialmente en el contexto de intimidad significativa, es una fuente de alegría.

Ver porno a solas todo el tiempo, a pesar de que es físicamente estimulante, espiritualmente es lo contrario.

No es difícil imaginar un futuro donde un cohorte de población masculina - especialmente aquellos que tienen problemas en conectar con miembros de su sexo preferido - se sienta en casa muchas noches con Oculus Rift atado a sus cabezas, viviendo sus fantasías sexuales en RV, habiendo moldeado y distorsionado su psicología por la ausencia persistente de conexión con la gente del mundo real. 
En cualquier caso, el futuro del porno está aquí y es jodidamente intenso.

Tal y como dijo Mike Kovalsky al final de nuestra entrevista: «Nosotros creemos de verdad que la realidad virtual dirigirá las relaciones entre los humanos en los próximos años».

Bienvenido, Neo, al mundo real.