Un ciberataque ha golpeado Telegram, la aplicación de mensajería, justo cuando China tomaba medidas contra abogados defensores de los derechos humanos.
El pasado fin de semana, Telegram, una aplicación de chat de alta seguridad, quedó paralizada en Asia por un ciberataque, aunque hasta el momento la autoría sigue siendo un misterio.
El ataque DDoS (denegación de servicios) iba orientado a los usuarios de la zona del Pacífico asiático, ha informado Telegram Messenger, la organización sin ánimo de lucro ubicada en Berlín que está detrás de esta aplicación bien encriptada. Hablando claro, un ataque DDoS es cuando un infractor invade los servidores de una entidad con tráfico simulado, con el fin de hacer que una página o un servicio web sea inaccesible para sus usuarios.
Telegram ha dicho que los usuarios del Sudeste Asiático, Oceanía, Australia, y parte de la India se vieron afectados por el ataque, que se originó en el Este de Asia y, se especula, podrían haber provocado sus competidores.
«La última vez que nos vimos atacados por un DDoS masivo fue a finales de septiembre de 2014, a raíz del escándalo de la privacidad surcoreana cuando también se alcanzó el máximo de registros de este país», escribió la organización en su blog.
Telegram no ha sido tan sutil al señalar a dos conflictivas aplicaciones de chat como posibles culpables: Line, que es popular en Japón, y KakaoTalk, importante en Corea del Sur. El co-fundador de Telegram Pavel Durov insinuó ayer en Twitter que Line podría haber iniciado el ataque después de haber presentado presuntamente una querella sobre Telegram a Google Play.
Pero otra teoría popular es que Pekín podría haber estado implicada en el ataque, ya que la coordinación del tiempo es bastante sugerente. Durante el fin de semana, de repente, en China se aplicaron severas medidas contra los abogados defensores de los derechos humanos. Más de 100 personas han sido detenidas o interrogadas.
Estos abogados se estuvieron comunicando entre sí durante el proceso a través de varios servicios de mensajes, incluida Telegram, según informe del periódico estatal People’s Daily. El artículo le dedica un párrafo a Telegram, citando al jurista detenido Di Ruimin para describir cómo usaron la aplicación los abogados.
«Telegram se usó sobre todo para formar grupos. Dentro, la mayoría de las conversaciones atacaban al partido del gobierno. Lo usamos para hacer planes y organizar todo tipo de manifestaciones públicas».
La página web de Telegram (y, de este modo, la versión web de su servicio) estuvo inaccesible desde China de viernes a domingo, según el grupo de control GreatFire. Mientras tanto, los usuarios de Weibo se quejaban de que no se pudiera utilizar la aplicación en China, y un usuario de Telegram explicó que el servicio dejó de funcionar a nivel nacional a las 16:30 del viernes.
En marzo, parece que China llevó a cabo un ataque similar contra GitHub, que como Telegram, se encuentra ubicada fuera de China y está bien encriptada. The Citizen Lab, un grupo de estudios canadiense, llamó al equipo del ataque «The Great Cannon» (El Gran Cañón), para señalarlo como un componente similar a «The Great Firewall» (El Gran Cortafuegos), que China usa para censurar lo que ocurre en el interior del país.
La implicación de China no es segura, a pesar de la coincidencia en el tiempo. La propia Telegram no ha confirmado si el uso de su servicio ha sufrido de manera significativa en China y, si lo ha hecho, en qué grado ha sido. El martes por la mañana, un usuario de Pekín le dijo a Quartz que podía usar la aplicación libremente, aunque no podía acceder a la página web de Telegram.
Estas discrepancias no son raras en China, haciendo que sea difícil diferenciar un «bloqueo» de una leve dificultad técnica. Además, Telegram ha sufrido ataques de DDoS en el pasado.