Recientemente el «dron» de Google ha tenido otro accidente, sin embargo, a diferencia de los incidentes anteriores, en esta ocasión tres personas resultaron heridas leves. Chris Armson, jefe del programa sobre el desarrollo de coches autoconducidos, ha hablado acerca de por qué a la hora de conducir las personas son más peligrosas que un ordenador.
Unas 33.000 personas mueren en las carreteras norteamericanas todos los años. Esa es la razón por la que gran parte del entusiasmo por los coches de conducción automática se ha centrado en su potencial para reducir la tasa de accidentes. Mientras trabajamos nuestra visión de los vehículos de conducción automática y que pueden llevar a alguien del punto A al punto B pulsando un botón, estamos pensando mucho en cómo medir nuestros progresos y nuestro impacto en la seguridad vial.
Una de las cosas más importantes que tenemos que entender para juzgar el rendimiento de la seguridad de nuestros coches es la actividad de accidentes «estándares» en las típicas calles suburbanas. Sencillamente, debido a que muchos incidentes no se recogen en las estadísticas oficiales, necesitamos saber con cuánta frecuencia podemos esperar que otros conductores nos embistan.
Incluso cuando nuestro software y sensores pueden detectar una situación difícil y actuar antes y más rápidamente que un conductor humano atento, a veces no vamos a ser capaces de superar la realidad de la velocidad y la distancia; a veces nos van a golpear simplemente mientras esperamos que cambie de color un semáforo. Y esto es un contexto importante para las comunidades con coches de conducción automática en sus calles; aunque nos gustaría poder evitar todos los accidentes, algunos serán inevitables.
Los accidentes más comunes que pueden sufrir nuestros vehículos en la típica conducción vial diaria – daños leves, sin heridas – no se entienden bien porque no se informan a la policía. Aun así, según los datos de la National Highway Traffic Safety Administration (NHTSA), estos incidentes representan un 55% de todas las colisiones. Es difícil saber lo que está ocurriendo realmente en las calles a menos que conduzcamos montones de kilómetros todos los días. Y eso es exactamente lo que hemos estado haciendo con nuestra flota de más de 20 vehículos que se conducen solos y el equipo de conductores de seguridad, que han conducido 2.750 millones de kilómetros (combinados de forma manual y autónoma). Los coches han conducido de forma automática más de un millón y medio de esos kilómetros y ahora estamos promediando alrededor de 16.000 kilómetros conducidos de forma automática a la semana (un poco menos de lo que un conductor típico norteamericano registra en un año), sobre todo en las calles de las ciudades.
Con la intención de ayudar a que todos seamos conductores más seguros, hemos querido compartir unos cuantos patrones que hemos visto. Gran parte de esto no será ninguna sorpresa, sobre todo si ya sabe que los errores de los conductores causan el 94% de las colisiones.
Si pasa bastante tiempo en la carretera, habrá accidentes tanto si conduce su propio coche como si es de conducción automática. Hace más de 6 años, desde que empezamos con el proyecto, nos hemos visto implicados en 11 incidentes menores (daños leves, sin heridas) durante estos 2.750 millones de kilómetros de conducción autónoma y manual con nuestros conductores de seguridad detrás de las ruedas y ni una vez siquiera el coche conducido de forma automática fue la causa del accidente.
Las colisiones por la parte trasera son los accidentes más frecuentes en Estados Unidos y, a menudo, el conductor que va delante no puede hacer gran cosa para evitar el golpe; nos han golpeado por detrás siete veces, sobre todo en los semáforos, pero también en la autovía. También nos han golpeado de refilón un par de veces y con un coche que se ha saltado una señal de stop. Y, como podría esperar, vemos más accidentes por kilómetro conducido en calles de las ciudades que en las autovías; nos golpearon 8 veces en muchos menos kilómetros de conducción en la ciudad. Todas las locas experiencias que hemos tenido en la carretera han sido realmente valiosas para nuestro proyecto. Tenemos un proceso de revisión detallado y tratamos de aprender algo de cada accidente, aunque no haya sido por nuestra culpa.
No solo estamos desarrollando una buena comprensión de las tasas de accidentes de poca importancia en calles suburbanas, también hemos identificado patrones de comportamiento de los conductores (yendo a la deriva por el carril con el semáforo en rojo) que llevan a indicadores de colisiones significativas. Estos comportamientos nunca aparecen en las estadísticas oficiales, pero crean situaciones peligrosas para todo el que se ve implicado.
La mayoría de la gente no le presta atención a la carretera
En cualquier momento dado del día en Estados Unidos, hay 660.000 personas detrás de las ruedas que están pendientes de sus dispositivos (móviles, etc.) en lugar de fijarse en la carretera. Nuestros conductores de seguridad ven regularmente a personas que van haciendo zigzag por los carriles; hemos encontrado a personas leyendo libros e incluso a una tocando la trompeta. Los coches de conducción automática ganan a las personas en esta dimensión de la seguridad vial. Con una visibilidad de 360 grados y 100% de atención en el exterior en todas las direcciones y en todo momento; nuestros sensores más nuevos pueden hacer un seguimiento de otros vehículos, a ciclistas y peatones a una distancia de casi dos campos de fútbol.
Los cruces pueden ser lugares temibles
Desde hace varios años, en el 21% de las fatalidades y alrededor del 50% de las heridas graves en las carreteras de Estados unidos ha habido cruces de por medio. Y las heridas afectan normalmente a los peatones y a otros conductores, no al conductor que se salta el semáforo en rojo. Por eso hemos programado nuestros coches para que se detengan un momento después de que el semáforo se ponga en verde, antes de avanzar hacia el cruce, que, a menudo, es cuando alguien sale disparado impaciente o distraídamente por el cruce.
En este caso, un ciclista (la caja azul celeste) salió tarde por el cruce y por poco evitó el golpe de un coche que giraba a la izquierda (la caja violeta que entra en el cruce) que no lo vio y había echado a andar cuando el semáforo se puso en verde. Nuestro coche predijo el comportamiento del ciclista (el paso rojo) y no echó a andar hasta que el ciclista había pasado el cruce.
Los giros pueden ser problemáticos
Vemos a muchas personas que giran y después siguen conduciendo por la parte errónea de la carretera; sobre todo por la noche, es normal pasar rápidamente o equivocarse en la mediana.
En esta imagen, puede ver no uno, sino dos coches (las dos cajas violeta de la izquierda del paso verde son coches que puede ver en la foto) que vienen hacia nosotros por el lado equivocado de la mediana; esto ocurrió de noche en uno de los bulevares más transitados de Mountain View.
Otras veces, los conductores hacen cosas muy tontas cuando se dan cuenta de que están a punto de pasarse una calle.
Un coche (la caja violeta que toca los rectángulos verdes con un signo de exclamación encima) decidió girar a la derecha desde el carril de nuestra izquierda, cortándonos el paso bruscamente. Los rectángulos verdes, a los que llamamos «valla», indican que nuestro coche va a ralentizar para evitar que el coche haga ese giro alocado.
Y, otras veces, los coches parecen comportarse como si no estuviéramos ahí. En la siguiente imagen, un coche en el carril de giro más a la izquierda (la caja violeta con una valla roja a su alrededor) giró abiertamente y le cortó el paso a nuestro coche. En este caso, la valla roja indica que nuestro coche se está parando y evitando al otro vehículo.
El verano es una de las épocas más peligrosas del año en las carreteras estadounidenses ya que muchos conductores pasan más tiempo detrás del volante, ya sea para hacer largos viajes o para acudir a barbacoas locales. La Fundación AAA para la Seguridad del Tráfico, por ejemplo, ha declarado el periodo entre el Día de los Caídos (en EE. UU. es el último lunes de mayo) y el día del Trabajo (el primer lunes de septiembre) «Los diez días más mortíferos» para los conductores adolescentes, que no están solos en las carreteras. Las estadísticas como esta hacen que mi equipo y yo continuemos trabajando duro para crear un coche de conducción automática que le pueda llevar de A a B de manera segura, sin importar la cantidad de copas que se haya tomado en la piscina o cuántos mensajes envíe a sus nuevos amigos que conoció ahí.
Nuestros coches de conducción automática reciben golpes por sorpresa y con frecuencia de otros conductores que van distraídos y no prestan atención a la carretera. Esto supone una gran motivación para nosotros. La colisión más reciente, durante la hora punta nocturna el 1 de julio, es un ejemplo perfecto. Uno de nuestros vehículos de marca Lexus estaba siendo conducido de manera automática en una intersección en Mountain View, California. El semáforo estaba en verde, pero el tráfico se paró en el lado opuesto, así que tres coches, incluyendo el nuestro, frenaron y pararon para no quedarse atrapados en medio de la intersección. Después de que hubiésemos parado, un coche se estrelló contra la parte trasera del nuestro a unos 30 km/h, sin que hubiera frenado en absoluto.
Como pueden ver en el vídeo de arriba, nuestro frenado fue normal y natural y el vehículo detrás de nosotros tenía mucha distancia para parar, pero no redujo la marcha. Da realmente la sensación de que el conductor estaba distraído y sin prestar atención a la carretera que tiene delante. Por suerte, todas las personas que iban en ambos vehículos estaban bien, excepto por un latigazo menor y algunas rozaduras en nuestro parachoques. El otro vehículo no tuvo tanta suerte; su parachoques al completo se salió.
A pesar de que no nos gusta que nos golpeen, podemos sacar un aspecto positivo de ello. Todos queremos saber cómo actúan los coches de conducción automática frente a sus homólogos humanos, pero las estadísticas que necesitamos para ello, sencillamente no se recogen normalmente.
Es más, los números disponibles no distinguen entre kilómetros conducidos antes de causar un accidente frente a estar envuelto sencillamente en uno. Todo esto significa que nadie conoce la tasa real de accidentes por kilómetros conducidos en las carreteras estadounidenses.
Pero estamos conduciendo lo suficiente - y siendo golpeados lo suficiente - como para poder comenzar a hacer algunas suposiciones sobre la tasa de accidentes por kilómetros conducidos; es más alta de lo que pensábamos.
La tasa estadounidense de accidentes por kilómetros recorridos se calcula actualmente por accidentes de los que se ha informado a la policía. Sigue habiendo millones de pequeños golpes de los que no se informa y que, por ello, no se cuentan — potencialmente tantos como el 55% de las colisiones, según la Administración estadounidense para la seguridad del tráfico en carretera. Ninguno de los accidentes en los que personas se chocaron contra nosotros fue recogido en un informe policial, ni siquiera el choque del 1 de julio, a pesar de que la policía estaba allí mismo.
Nuestros coches de conducción automática pueden prestar atención a cientos de objetos a la vez, 360 grados en todas las direcciones, y nunca se cansan, enfadan o distraen. Las personas, por otra parte, «conducen como si el mundo fuera un espectáculo de televisión visto a través de una plataforma en la que se puede dar a pausa en tiempo real y uno puede levantarse un momento, coger una cerveza de la nevera y volver a donde lo había dejado sin perderse ni un segundo», según palabras de Sheila Klauer del Instituto politécnico de transportes de Virginia en Traffic: Why We Drive the Way We Do (Tráfico: por qué conducimos de esta manera). Esto, ciertamente, es coherente con lo que estamos observando.
Por favor, cuando se ponga detrás del volante este verano, mantenga su mirada fija en la carretera. Los esfuerzos por no acabar distraídos conduciendo comienzan en cada uno de nosotros, al menos hasta el día que tenga un coche de conducción automática y simplemente se ponga cómodo, se relaje y disfrute del viaje.