El fundador de Google ha encontrado una forma efectiva de hacer un mundo mejor con la ayuda de los negocios.
«Si hoy me atropellara un autobús se lo dejaría todo a Elon Musk», dijo una vez el cofundador de Google, Larry Page.
Es una forma obviamente nada ortodoxa de manejar el patrimonio. La mayoría de la gente rica deja su dinero a sus herederos o una fundación benéfica. Pero como Page explicó más tarde, pensó que el Director Ejecutivo de Tesla Motors/Space X puede emplear muy bien el dinero. En una entrevista con Charlie Rose, Page mencionó la idea de Musk de «hacer una copia de seguridad de la humanidad» creando una civilización paralela en Marte como ejemplo de una forma eficaz de mejorar el mundo mediante los negocios. «Eso es una empresa, y se trata de algo humanitario», afirmó.
Con una mirada retrospectiva, ahora que está fundando Alphabet como una forma de seguir investigando en grandes ideas meteóricas, los comentarios de Page parecen tener menos de vagas meditaciones y más de una teoría coherente de cómo emplear mejor su dinero para cambiar el mundo: sin regalarlo, pero sí invirtiéndolo en proyectos que cree que podrían ser realmente revolucionarios.
La paradoja de la filantropía
Como muestra el gráfico anterior, el principal factor que influye en que un país salga de la extrema pobreza es su crecimiento económico
La carrera de Page se basa en la idea de que el avance tecnológico a través de una empresa cuyo propósito es la rentabilidad puede mejorar sustancialmente la vida de las personas – y en verdad hay un argumento honesto para hacer esto, históricamente los avances tecnológicos motivados por el afán de rentabilidad han ayudado a la gente más que la caridad.
Si observamos las grandes fuerzas del progreso en la historia del mundo, la filantropía no es lo que más ha destacado. Sin embargo la investigación científica y la innovación tecnológica sí. La fuerza más importante que ha sacado a la gente de la extrema pobreza, al menos desde la Revolución Industrial, ha sido el crecimiento económico, que se estimula con los descubrimientos científicos pero no con la caridad.
Las mejoras en la esperanza de vida han sido motivadas por el aumento de riqueza y los avances médicos, que a menudo están respaldados por las empresas farmacéuticas y otros actores con fines rentables.
Incluso las más importantes historias de éxito en la caridad se apoyan en la innovación tecnológica y médica. La erradicación de la viruela fue una acción humanitaria de envergadura, pero requirió la invención de vacunas de uso inmediato. La Revolución Verde – que aumentó de forma radical las producciones de las cosechas en México, la India y en otros lugares – fue patrocinada por las Fundaciones Ford y Rockefeller, pero trabajó extendiendo las mejoras tecnológicas existentes en la agricultura de los países pobres.
Hacer el bien con grandes sueños
Ken Thompson (izquierda) y Dennis Ritchie, inventores de UNIX y C en los Laboratorios Bell
Pues supongamos que usted es Larry Page. Tiene miles y miles de millones de dólares. Se siente como un multimillonario honesto y siente deseos de devolver algo al mundo. Usted puede hacerlo creando una fundación y repartiendo su dinero, o puede unirse a Warren Buffett y destinar su dinero a la fundación de otros, para no tener que preocuparse de crear una totalmente nueva.
Pero supongamos que no es necesariamente bueno en gestionar una fundación ni incluso en elegir la mejor de las opciones que existen, sino que es bueno en fabricar productos para el consumidor. Parece como si quisiera hacer algo bueno por el mundo, que es un talento útil al que recurrir. Cosas como Google Maps y Gmail, Hagouts y Android ya han hecho la vida mejor a millones de personas. ¿Por qué no hacer más cosas así – y hacerlas mejor?
Puede que este no sea el camino más rentable para Google. Pero de nuevo, AT&T no cosechó la mayoría de los beneficios cuando sus investigadores de los Laboratorios Bell inventaron el láser, o el transistor, o UNIX o el lenguaje de programación C. Esos avances fueron llegando poco a poco y consiguieron que el mundo fuera mejor. Lo mismo ocurre con Xerox, cuyos investigadores de Xerox PARC inventaron la interfaz gráfica de usuario, que hizo posible la propiedad y el uso del ordenador en todo el mundo, viendo después cómo empresas como Apple y Microsoft sacaban rentabilidad de ello mientras Xerox se iba quedando atrás.
¿Es Alphabet en esencia una empresa humanitaria?
Si sale al mercado el automóvil sin conductor de Google se podrían salvar miles de vidas, contribuiría a terminar con los atascos y mejoraría el mundo de innumerables formas
Alphabet le da a Page la libertad de perseguir ese tipo de grandes proyectos. El principal objetivo de la reorganización es traspasar el núcleo funcional de Google — search, Maps, Docs, Gmail, YouTube, etc. — a partir de los proyectos de investigación más excéntricos de la compañía: automóviles sin conductor, cometas gigantes para la captación de energía, intentos de aumentar radicalmente la esperanza de vida humana, cobertura WiFi basada en globos, etc. Situando esas iniciativas como accesorias de una compañía, precisamente como puede ser Google, Page señala que las considera como iguales, con similar importancia y sugiere que el objetivo de Alphabet como empresa será explorar este tipo de lanzamientos meteóricos exactamente igual que mejorar el núcleo de negocio de Google. Los automóviles sin conductor no son un juguete respaldado por el negocio de los motores de búsqueda, en otras palabras, son una parte crucial del negocio.
Page y Sergey Brin también se liberan para centrarse en esos proyectos en vez de en Google propiamente dicho. El tiempo y la atención de Page y Brin son escasos y son recursos muy valiosos en Alphabet, y si los emplean en proyectos revolucionarios, Page mejora su probabilidad de tener márgenes de éxito.
También sugiere que va a gastar su propio dinero en reforzar un enfoque de Alphabet/Google como empresa que invierte en ideas ambiciosas y aparentemente excéntricas. Page y Brin han estructurado deliberadamente Google de tal manera que no todos los accionistas tienen igual poder de voto – y de forma que la minoría de participaciones (solo alrededor del 14%) que poseen Page y Brin terminen convirtiéndose en una mayoría de votos. Puesto que Google vende acciones “Clase C” que no tienen poder de voto, sí puede obtener dinero de los inversores sin renunciar al control.
Esto libera a Page y Brin de la necesidad de recomprar acciones, pagar grandes dividendos o apaciguar de otro modo a los inversores. Sin embargo, los beneficios pueden ser reinvertidos, incluidos los proyectos de altos vuelos que tanto le apasionan a Page. Sin embargo, esto solo funciona si él y Brin miran por sus intereses. Si las vendieran y entregaran el dinero a una fundación, perderían su capacidad de hacer que Alphabet invierta en ideas ambiciosas. Pero aferrándose a los solo 30 miles de millones de dólares que poseen en acciones de Google, pueden obtener muchos más miles de millones de los inversores para gastar en automóviles sin conductor, cometas que captan energía y vencer a la propia muerte. Están haciendo uso de su dinero para hacer más dinero en aras de la causa benéfica que Page cree que es la más importante: una gran y revolucionaria innovación.
Todo esto afirmó Page en su entrevista con Rose, argumentando que emplear su dinero para influir y beneficiar a su propia empresa fue la mejor forma que tenía de hacer el bien.
«Trabajas porque quieres cambiar el mundo. Quieres que sea mejor. ¿Por qué no merece la pena emplear en la empresa en la que trabajas no solo tu tiempo sino también tu dinero?» preguntó (yo pongo el énfasis). «Quiero decir que no es el concepto que tenemos. No es lo que pensamos de las empresas, y creo que es triste porque las empresas son nuestro gran esfuerzo. Es donde está la mayor parte del tiempo de la gente, donde está el dinero, y me gustaría que ayudáramos más de lo que lo hacemos».
Page quiere que Google haga un intento más agresivo de cambiar el mundo, y Alphabet está decidida a contribuir a ello.