Los robots podrán ser directores ejecutivos
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El trabajo del futuro: «Ayudante de Robot», un ser humano que sirve a las necesidades de un robot.

Las habilidades de los robots están determinadas en gran medida por lo que están programados a hacer. Pero una vez que el código está escrito y la máquina está en funcionamiento, las máquinas artificialmente inteligentes pueden aprender de la experiencia y de los seres humanos que están a su alrededor.

Lo que significa que, a medida que las máquinas artificialmente inteligentes adoptan un papel creciente en el lugar de trabajo, está apareciendo un nuevo rol para los seres humanos: el de asistente del robot.

El New Scientist señala que los formadores de IA que trabajan como «ayudantes de robot» ya existen en varias empresas de tecnología: Facebook, la startup de asistentes virtuales Clara Labs e Interactions, una empresa que fabrica IA para gestionar las llamadas del servicio de atención al cliente.

En Facebook, los formadores de IA están ayudando a un nuevo asistente digital llamado M, que funciona como un servicio de conserjería para hacer reservas, pedidos y enviar recordatorios a través de Facebook Messenger. El producto está siendo probado en San Francisco y una multitud de seres humanos trabajan para asegurarse de que las recomendaciones de M son sólidas y que las mesas se reservan en el restaurante adecuado. Ari Entin, portavoz de Facebook, dijo a la revista New Scientist:

«Hemos inventado un nuevo tipo de trabajo».

Aunque un asistente personal de IA sea capaz de gestionar la mayoría de las solicitudes, es útil tener a un ser humano para descifrar los textos que no están bien escritos, verificar la exactitud, y, en el caso de las interacciones, que incluyen instrucciones por voz — captar el sentido de los comentarios poco claros. En definitiva, los seres humanos pueden ser de ayuda cuando el robot no lo tiene claro.

Alex Lebrun, quien está a cargo de M en Facebook, le dijo al New Scientist que los formadores de IA siempre serán necesarios. «Una vez que aprendemos algo, hay algo más complejo, es como un umbral que está en expansión. Cuanto más aprendemos, más hay que aprender. Es un aprendizaje interminable», dijo.

Trabajar para un robot puede ser una idea desconcertante (tal vez incluso más que el hecho de que un robot tenga trabajo), pero bien podría convertirse con el tiempo en algo más normal.

James Young y Derek Cormier, computólogos de la Universidad de Manitoba, argumentan en el Harvard Business Review que los robots pronto podrían tener las habilidades necesarias para ser líderes. Han escrito:

«Un robot social podría mantener un registro perfecto del progreso del proyecto, proporcionar organización a tiempo real, ayudar en la toma de decisiones y llevar un recordatorio perfecto (y recordar a otros) de procedimientos y políticas complejas, todo ello mientras se comunica con las personas de una manera natural y social. Con el tiempo, podemos llegar a confiar en estos robots, y es incluso concebible que estos robots ocupen puestos de gestión donde puedan recordar a un equipo de personas sobre plazos, procedimientos y progresos».

Un jefe robot bien podría tener la misma autoridad que un supervisor humano. Young y Cormier realizaron un experimento que ha sido aceptado para su publicación en el Journal of Human Robot Interaction, en el que se les pidió a 27 participantes que cambiaran el nombre archivos en formato .jpg a .png durante 80 minutos. Se les dijo a los participantes que podrían marcharse una vez que los investigadores hubieran recogido datos suficientes, pero cuando intentaron marcharse, se les dijo una serie de frases para que siguieran trabajando, incluyendo, «No hemos recogido datos suficientes todavía», y «Es esencial que usted continúe». Un supervisor humano les dijo esto a la mitad de los participantes, mientras que el resto recibieron las instrucciones de un «robot de aspecto inofensivo con voz de niño».

Young y Cormier descubrieron que alrededor de la mitad de las personas — seis participantes en total — obedecieron al robot hasta el final, y muchos reaccionaron a él como si fuera humano, ofreciendo argumentos lógicos para convencer al robot.

Mientras tanto, la investigación del MIT ha descubierto que los empleados humanos son más productivos cuando es un robot el que asigna las tareas. Los investigadores configuraron un entorno de fabricación donde los humanos trabajaban junto con robots y descubrieron que los trabajadores se encontraban satisfechos cuando las tareas eran planificadas, coordinadas y delegadas según un algoritmo.

Daniel Browy, quien creó el software Automan para delegar trabajo a los seres humanos, le dijo a la BBC:

«Sinceramente, tener jefes robots es mejor para los trabajadores».

En cierto modo, un robot podría ser mejor jefe que un ser humano, después de todo, la IA no es propensa al favoritismo, a los malos humores o a los perjuicios. Aun así, mucha gente puede que prefiera instintivamente a un jefe malhumorado que a un robot.

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