Dado a conocer en el Salón de Ginebra, el sucesor del Veyron podría ser el coche de producción más rápido y lujoso del mundo.
En una fiesta exclusiva en Ginebra el lunes por la noche se dio a conocer el Bugatti Chiron, el sucesor de 2,4 millones de euros (2,61 millones de dólares) del Veyron. Sobre el papel y para el ojo casual, el coche es más rápido, más potente y más hermoso que su predecesor. El jefe de Bugatti, Wolfgang Dürheimer, dijo que le resultaba difícil creer todas las mejoras que han conseguido.
«Nos preguntamos, “¿Qué puedes hacer cuando ya has construido el mejor superdeportivo del mundo?”». «Bugatti tuvo que dar un paso más. Es difícil de creer que lo hayamos conseguido».
El Chiron ruge con un motor W16 de 1,500 caballos de potencia, propulsado por una nueva tecnología turbo-propulsora de dos etapas; tiene 1.600 newton metros de par de motor y un chasis completamente nuevo que ha sido diseñado para mejorar la rigidez y la conducción. Los ingenieros de Bugatti dijeron que cuenta con una curva de potencia lineal única que alcanzará los 100 km/h en menos de 2,5 segundos y los 300 km/h en poco más de 13 segundos. (De hecho, cualquier persona que haya conducido hasta el Veyron puede dar fe del zumbido casi inquietante parecido al de un avión.) La velocidad máxima que aparece en el velocímetro es de 500 km/h, aunque la marca afirma que su velocidad punta es mayor.
Los conductores pueden elegir entre cinco modos de conducción distintos: el Auto EB mode (modo automático EB) para la conducción diaria en condiciones normales; el Autobahn mode (modo de autopista), que viene con un ajuste especial de suspensión de la velocidad máxima para las condiciones de carretera; el Handling mode (modo de conducción), diseñado especialmente para pasárselo bien en la pista de carreras; el Lift mode (modo de elevación), que permite un acceso más fácil para las rampas y los garajes; y el Top Speed (modo de velocidad máxima), que se activa mediante una tecla y solo se debe utilizar bajo las circunstancias más extremas.
Durante el debut, los ejecutivos de Bugatti hicieron hincapié en la naturaleza de «bestia y belleza... pero más de bestia» de la máquina. Cuenta con un nuevo sistema aerodinámico que cambia según la velocidad y las condiciones (toda la parte trasera es de fibra de carbono, y el coche viene con un monocasco de carbono), unos grandes frenos de F1 en unas nuevas llantas de 19 pulgadas más grandes y un completo sistema de escape de titanio.
Todas estas características están centradas en el rendimiento, pero también hacen que el coche sea más bonito, en vez de dejar toda la maquinaria al descubierto.
Las salidas de aire se encuentran en el lateral, y los guardabarros alargados y las luces LED cuadradas se encuentran en la parte frontal baja y ancha pero bien acabada, como un depredador que ha evolucionado para combinar la energía con la elegante precisión.
«La cintura pequeña y las caderas grandes también funcionan en los coches», dijo un diseñador, haciendo referencia al icónico Type 57 Bugatti Atlantic como punto de referencia para el Chiron.
En el interior, el coche cumple con su excelencia exterior. El panel de instrumentos incluye un velocímetro analógico rodeado de pantallas interactivas. La luz es protagonista en esta berlina de lujo. El tubo de luz curvado del techo tiene una longitud récord en la industria del automóvil. Dürheimer se jactó:
«Lo que ves es lo que hay». Lo que significa que todo lo que parece cuero es cuero, todo lo que parece acero o carbono es de acero o carbono.
Tal vez esa atención al detalle, combinada con el mejor rendimiento del mundo, sea la razón por la que un tercio de la producción de 500 unidades ya se haya vendido. Chiron saldrá a la venta oficialmente en otoño.
