Los avances tecnológicos han permitido que se cree un implante que se lleva bajo la piel y que puede ayudar a luchar contra la adicción a la heroína y las recaídas.
Uno de los principales problemas en el tratamiento de la adicción a la heroína es que los medicamentos existentes requerían una ingesta regular y estricta, cosa que pocas veces se lograba con las personas afectadas por esta droga, que tienen un alto índice de abandono del tratamiento. Ahora, un nuevo proyecto ensaya la administración del medicamento a través de un implante bajo la piel, según informa The Daily Beast.
En total, cuatro implantes del tamaño de un palillo de dientes suministran al enfermo una dosis constante de buprenorfina cuando se implantan bajo la piel de la parte superior del brazo, lo que podría terminar con el problema de la heroína.
La buprenorfina, el ingrediente activo en el nuevo implante, ha sido el fármaco utilizado para la lucha contra esta adicción durante muchos años, sobre todo en EE UU, donde se estima que al menos 2,1 millones de personas están luchando con la adicción a las drogas con oxicodona; más de 400.000 de ellos son dependientes de la heroína, que entre 1999 y 2008 cuadriplicó el número de muertes por sobredosis en ese país.
Pero a pesar de la eficacia de la buprenorfina en ensayos clínicos, las tasas de éxito entre los usuarios es bajo, en algunos casos de menos de 10%, por la comentada necesidad de tomarla a diario, algo casi imposible para alguien afectado por una adicción grave.
La tasa de recaída es de 60 a 80% para las personas que no tienen acceso a la medicina, según los expertos, y esto puede ocurrir por muchas causas.