No son pocas las noticias que leemos a diario sobre los interesantes progresos en el sector tecnológico. Muchos de ellos suelen hacer referencia al desarrollo de la robótica. Y aunque lo veamos como algo del futuro, es una realidad que los robots ya están aquí, y no tienen la intención de marcharse. ¿Crees que sus habilidades podrían poner en peligro tu puesto de trabajo?
En 1939 se exhibió, por primera vez, un robot humanoide: Elektro. Sucedió en la Exposición Universal de Nueva York, marcando un importante hito en la historia, dado que dejaban de ser parte de la ciencia ficción.
Funcionaba gracias a un sistema de válvulas de vacío, motores y poleas, lo que era, sin duda, todo un logro de la ingeniería de la época. Su aspecto era el de un “hombre de metal”, con piel de aluminio, de 2,10 metros de altura y unos 120 kilos. También conocido como el “hombre-motor”.
Además, caminaba hacia delante y hacia atrás, levantaba los brazos, contaba con los dedos, cantaba, pronunciaba más de setecientas palabras y, por si fuera poco, hinchaba globos y fumaba cigarrillos. Tuvo mucho éxito, por lo que estuvo de exhibición por distintos países del mundo e incluso participó en varias películas de la época.
Hoy la idea no es tan atractiva para muchos
Sin embargo, hoy en día los robots se están convirtiendo para muchos en una “película de terror”, puesto que han empezado a amenazar los puestos de trabajo que aportan menor creatividad. Japón y China son unos claros ejemplos de que los robots son ya una realidad de nuestro presente.
El hotel japonés Henn na (Hotel Extraño o Extravagante en español), solo utiliza robots para atender a sus clientes. Su propietario, Hideo Sawada, abrió sus puertas en 2015 con el objetivo de “crear el establecimiento más eficiente y productivo del mundo”. El precio por habitación es mucho menor que el precio estándar de una habitación en el país.
En China ha empezado a trabajar hace poco AnBot, un robot-policía con una altura de 1,5 metros, un peso de 78 kg, y que se mueve a una velocidad que puede llegar a los 18 km/h, pudiendo patrullar hasta ocho horas seguidas. Está preparado para prestar auxilio a personas que necesiten ayuda, para retener e incluso atacar sospechosos y es capaz de detectar explosivos, estupefacientes y otras cosas.
El avance de los robots es inevitable. De hecho, ya son una herramienta muy valiosa para ciertas tareas, apoyando con su precisión al profesional de toda la vida. Esto los ha convertido en algo esencial, por ejemplo, en el mundo médico donde ayudan cada día en operaciones que requieren de una gran precisión. Sus habilidades evitan que el trabajador tenga que dedicar tiempo a tareas rutinarias pudiendo dedicárselo a su creatividad, algo, que hasta el momento, no pueden hacer los robots.
Sin embargo, todo esto llega con riesgos, sobre todo para las clases más desfavorecidas. Los robots han llegado para quedarse, y sí, son muy útiles en diversos ámbitos, pero también es una realidad que pueden amenazar ciertos puestos de trabajo.
De momento están siendo utilizados en su mayor parte para ayudar a los seres humanos en trabajos en los que la precisión es muy necesaria, por ejemplo, pero nadie nos garantiza que no acaben sustituyendo completamente al trabajador de toda la vida. Lo ideal sería que su avance se centrara en eso, en ayudar a los humanos a hacer mejor su trabajo, pero no cabe duda de que acabarán reemplazándolos en muchos sectores.