Durante más de una década, la comunidad militar y de inteligencia de Estados Unidos ha advertido que el mayor fabricante de equipos de telecomunicaciones del mundo, Huawei, es una rama del Ejército de Liberación Popular y que sus teléfonos, circuitos y routers son instrumentos de espionaje chino.
Según agentes de inteligencia de Estados Unidos, ahora estas instituciones están iniciando una evaluación formal, dirigida por el FBI y la Agencia de Seguridad Nacional, que analiza las implicaciones de seguridad nacional de la posible participación de Huawei en la fabricación de la red inalámbrica 5G de Estados Unidos.
Estos agentes dijeron que aunque los dos mayores proveedores de telecomunicaciones de Estados Unidos – AT&T y Verizon – todavía tienen que unirse con Huawei en este proyecto, la posibilidad de dicha asociación es real y alarmante. Hablaron sobre la condición de anonimato ya que la evaluación de inteligencia estaba en curso y era confidencial.
El mes pasado, AT&T anunció que había iniciado conversaciones preliminares con una serie de empresas, entre las que se incluyen Huawei, para crear normas internacionales para la red 5G.
Un portavoz de AT&T, Fletcher Cook, declaró la semana pasada:
a"Las empresas mencionadas en el anuncio son aquellas que están trabajando en las normas, no una lista de nuestros proveedores de equipos 5G".
Cook añadió que no se había anunciado a Huawei como un proveedor de la red 5G en Estados Unidos, pero se negó a comentar si la compañía podría ser elegida en el futuro.
Según William Plummer, el vicepresidente de asuntos externos de Huawei en Estados Unidos, la empresa está dispuesta a competir por contratos 5G en Estados Unidos. Plummer explicó:
"Creemos que es algo bueno que los gobiernos y la industria participen en la futura planificación de la red. Parecería normal que dicha planificación incluyera la consideración del principal proveedor del mundo de las redes fiables 4G/LTE y uno de los líderes mundiales reconocidos en el desarrollo de las redes 5G de próxima generación".
De acuerdo con los agentes de inteligencia y otros expertos, un problema es que Huawei tiene ventajas que sus competidores no tienen. Según un informe de 2012 del Comité Permanente de Inteligencia de la Cámara de Representantes, tiene una línea de crédito de los bancos estatales chinos de 100 mil millones de dólares que se puede extender a sus clientes. Esto permite que Huawei ofrezca un precio más bajo que otras empresas, como Cisco y Ericsson.
Huawei cuestiona esto. El informe de la Cámara dice: "Huawei explicó en la reunión del 23 de febrero de 2012 con los investigadores del Comité que el objetivo de las grandes líneas de crédito disponibles era que China 'pareciera impresionante' y que 'Huawei tuvo que participar o ya no recibiría préstamos' de los bancos chinos". Los representantes de Huawei dijeron que entre 2005 y 2011, solo se han extraído 5,9 mil millones de dólares de esta línea de crédito.
La mayor preocupación para la comunidad de inteligencia de Estados Unidos ha sido la posibilidad de que la cercanía de Huawei con el gobierno chino haga que sea un activo de inteligencia, similar a cómo los proveedores de telecomunicaciones de Estados Unidos como AT&T han dado a la Agencia de Seguridad Nacional acceso a los datos en sus redes, como los documentos dados a conocer a través del ex contratista Edward Snowden han mostrado.
A través de Huawei, China pudo obtener este tipo de acceso mediante la implantación de balizas microscópicas dentro de sus routers y circuitos que permiten al Ejército de Liberación Popular mirar en las redes de comunicación de Estados Unidos. Un ex operador de inteligencia de EE. UU. dijo que estas balizas la detectaron por primera vez los militares estadounidenses en 2004.
Jamil Jaffer N., un ex asesor del fiscal general adjunto de la seguridad nacional, afirmó:
"El gobierno federal ha estado preocupado durante mucho tiempo por los aparentes esfuerzos de Huawei por obtener acceso a la principal infraestructura de telecomunicaciones de Estados Unidos y sus aliados".
También destacó el informe del Comité Permanente de Inteligencia, que dice que Huawei y otra empresa china, ZTE, "no pueden confiar en estar libres de la influencia de los países extranjeros y, por tanto, suponen una amenaza de seguridad para Estados Unidos y para nuestros sistemas".
En ese momento, Huawei hizo circular una refutación a ese informe, insistiendo en que la empresa no tenía vínculos con el ejército chino y no permitía que el estado chino interfiriera de ninguna manera en su equipo para controlar las comunicaciones de los clientes. Charles Ding, vicepresidente corporativo de Huawei, dijo al comité que esa modificación de su equipo sería un "suicidio empresarial".
Algunos países occidentales creen que es posible resolver el riesgo de espionaje. El año pasado, una auditoría independiente dirigida por un equipo de expertos en seguridad cibernética no encontró pruebas de que el equipo de Huawei representase una amenaza para la seguridad nacional del país. Una evaluación del gobierno del Reino Unido en 2013 también concluyó que los peligros no eran suficientes para bloquear la participación de Huawei en la red de banda ancha del país y que British Telecom había tomado medidas suficientes para mitigar dicha amenaza.
Sin embargo, otros aliados de Estados Unidos se han mostrado más cautelosos. En 2013, Australia confirmó la prohibición de permitir que Huawei sea un proveedor de su red nacional de banda ancha. Andrew Shearer, que en ese momento fue asesor de seguridad nacional del primer ministro, Tony Abbott, y ahora es un investigador del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, dijo que es un asunto de dominio público que las agencias australianas estaban preocupadas por la amenaza que los equipos de Huawei podrían suponer para la red del país y periódicamente comparaba las notas con sus homólogos de Estados Unidos y el Reino Unido. Shearer afirmó:
"Nuestros socios también tenían importantes dudas sobre Huawei. La preocupación es la capacidad de China para insertar trampillas en la principal infraestructura de telecomunicaciones, dándole a Beijing un posible acceso a nuestras comunicaciones nacionales".
Los agentes de inteligencia de Estados Unidos están investigando ahora si esas trampillas terminarán en torres de telefonía móvil de EE. UU., si Huawei hace un trato con empresas como AT&T y Verizon para fabricar redes inalámbricas de última generación en el país.