¿Quién va a estar en la vanguardia de la revolución de la energía? Explicamos la diferencia entre las posiciones de los dos multimillonarios.
Dos de los multimillonarios más famosos, Elon Musk y Warren Buffett, han apostado fuertemente por el futuro de la energía y porque la generación de energía y el transporte evolucionen en los próximos años.
Musk y Buffett ven los sectores de la energía y el transporte como un proceso de cambio similar y en los últimos años, sus empresas han competido cada vez más entre ellas en vehículos de carga solar y eléctricos.
Pero al mismo tiempo los magnates parecen tener diferencias esenciales. Parece que ven el futuro de la energía limpia emergente de forma diferente (al menos en lo que respecta a sus inversiones), y han adoptado diferentes puntos de vista sobre el panorama actual de los combustibles fósiles.
El hecho de que las mentes empresariales más astutas del mundo parezcan estar en desavenencia sobre cómo se desarrollarán las partes esenciales del sector de la energía limpia, refleja que la transformación energética en el mundo está todavía en su fase inicial. Sus visiones opuestas sobre los combustibles fósiles también resaltan el espíritu de Musk, guiado por el motor empresarial, frente a la estrategia realista de inversión de Buffett basada en la rentabilidad.
La energía solar
La visión de Musk de la industria energética es bien conocida en este momento. Precisamente hace poco ha publicado su Master Plan Part Deux en el que resumía cómo la combinación de Tesla (NASDAQ: TSLA) y SolarCity (NASDAQ: SCTY) iba a crear una central de energía limpia para la fabricación y venta de paneles fotovoltaicos y baterías de carga solar, además de vehículos eléctricos de todo tipo, entre los que incluyen autobuses y semirremolques.
Mediante SolarCity, Musk prevé el ascenso de lo que se llama la “energía solar distribuida”. Esto supone que las compañías instalen paneles solares en los tejados de viviendas particulares, que o bien envían la energía de vuelta a la red o esta se usa para abastecer al edificio que tienen debajo.
Mientras que la energía solar distribuida representa la mayoría de los ingresos de SolarCity, la compañía también ha trabajado en lo que se conoce como proyectos de “energía solar centralizada” para servicios públicos. Aquí es donde las compañías de energía solar crean granjas solares montadas en el suelo de áreas remotas para después vender la energía a los servicios públicos locales. Tesla ha aportado sus baterías para almacenar ese tipo de energía solar.
Lo que les interesa a las compañías energéticas de Warren Buffett dedicadas a la energía solar, es, con mucho, la energía solar centralizada. Su empresa Berkshire Hathaway Energy, es propietaria de un puñado de servicios públicos, que tienden a preferir comprar la energía a plantas fotovoltaicas centralizadas en parte porque pueden conseguir la energía más barata, que desde un panel solar instalado en los tejados.
Los servicios públicos también se sienten más cómodos comprando la energía a centrales de energía solar centralizada debido a que se asemeja más a comprar energía de las grandes centrales de gas natural o de carbón. Los sistemas de energía solar distribuida exigen mejoras adicionales en la red energética, lo que incluye permitir que la red opere en ambas direcciones, y la mayoría de los servicios públicos están frenando la cobertura de los gastos de esas mejoras.
En lo que respecta a los sistemas de energía solar centralizada, al igual que ocurre con las granjas eólicas, Berkshire Hathaway Energy ha sido líder. La compañía afirmó anteriormente este mes que había gastado ya unos 15.000 millones de dólares en energía limpia desde 2014, y que se había comprometido a invertir unos 15.000 millones más. La empresa de Berkshire Hathaway Energy, MidAmerican Energy, afirma que es propietaria de la mayoría de las granjas eólicas o empresas similares de servicios públicos en EE. UU., propiedad de inversores y reguladas por ellos.
Sin embargo, al menos una de las compañías de Berkshire Hathaway Energy ha entrado en conflicto sobre la energía solar centralizada frente a la distribuida. SolarCity y NV Energy, empresa de servicios públicos de Nevada propiedad de Berkshire, han pugnado en este estado debido a la decisión de los reguladores estatales de cambiar las tasas y la estructura económica para los sistemas de paneles solares instalados en tejados.
Por primera vez en este año, los propietarios de sistemas solares de instalación en tejados de Nevada deben pagar altas tasas y reciben precios bajos por su electricidad. Como resultado SolarCity y otras empresas han decidido dejar de vender sistemas de energía solar de instalación en tejados en el estado, debido a que consideraban que el sistema económico no tenía sentido.
SolarCity acusó a los reguladores de comer en la palma de la mano de NV Energy y de haber presionado a los legisladores de Nevada sobre la fábrica de baterías de Tesla situada a las afueras de Reno, Nevada. La batalla se sigue muy de cerca y los estados intentan dilucidar cómo se puede promover y gestionar la energía solar de instalación en tejados si aumenta y se convierte en una moda.
Existen ahora dos medidas sobre las que los votantes de Nevada deben decidirse en noviembre. Una medida expuesta a votación, llamada la Iniciativa para la Elección de Energía, permitiría a las empresas comprar energía en el mercado abierto en vez de solo a través de NV Energy. La otra medida pregunta a los votantes si quieren restaurar las tasas de energía solar más favorables, aunque esa medida está siendo impugnada en el Tribunal Supremo estatal.
Vehículos eléctricos
La competencia energética entre Musk y Buffett no termina con la energía solar. También tienen empresas de coches eléctricos que compiten en algunos mercados.
Por supuesto que Musk ha gastado cientos de millones de dólares de su bolsillo en la creación del fabricante de coches eléctricos Tesla en la última década. La estrategia de la compañía ha sido durante mucho tiempo la fabricación en primer lugar de un deportivo eléctrico de lujo (el Roadster), seguido de un coche eléctrico familiar de menor coste (el Model S), y finalmente un coche eléctrico para el mercado de masas (el Model 3 programado). Como startup, que anda corta de dinero dinero, esa estrategia ha tenido siempre sentido para Tesla.
Las inversiones de Buffett en coches eléctricos son menos conocidas. Hace ocho años Buffett invirtió 232 millones de dólares en su participación de casi el 10% en BYD (Build Your Dreams), una compañía china que fabrica baterías de litio-ión y coches eléctricos. La compañía, que tiene más de 20 años y opera en el mercado de bolsa de Hong Kong (SEHK: 1211), era un importante fabricante de baterías para móviles.
El año pasado BYD vendió 61.722 coches eléctricos, casi todos ellos en China. Esas cifras pertenecen en su totalidad a vehículos para autopistas, y no incluyen vehículos eléctricos de baja velocidad, tipo carrito de golf, que circulan por ciudad.
Estas cifras hicieron de BYD el mayor vendedor de coches eléctricos del mundo en 2015. En comparación, Tesla vendió cerca de 50.000 coches eléctricos el año pasado, la mayoría de ellos en EE. UU.
Las compañías tienen estrategias de producción y ventas. Los vehículos de Tesla eran bastante más caros que los de BYD, con unos precios de venta que oscilaban entre los 70.000 dólares y los 120.000 dólares. Los vehículos de BYD son por lo general mucho más económicos, entre 20.000 y 35.000 dólares.
Los ambiciosos vehículos de BYD han tenido durante mucho tiempo un mayor alcance que los de Tesla, con divisiones de fabricación de autobuses eléctricos y cuyos planes van encaminados a otras formas de transporte urbano como el monorraíl. Sin embargo, Musk ha informado de que Tesla también está interesada en los autobuses y en el transporte urbano.
Tesla lo ha pasado particularmente mal al irrumpir en el mercado chino de los coches eléctricos, donde las restricciones pueden ser grandes pero las ayudas del gobierno son elevadas. BYD, una compañía de origen chino, se ha ceñido a sus objetivos iniciales de fabricar coches eléctricos compactos de bajo coste.
Precisamente BYD anunció recientemente que Samsung (KRX: 005930) había invertido 449 millones de dólares en ella. Mientras Tesla se ha alineado de forma notable con el gigante japonés del sector de las baterías y la electrónica Panasonic (TYO: 6752), BYD se ha unido al gigante coreano de estos mismos sectores. A medida que el mundo adopta más coches eléctricos, los más grandes fabricantes del mundo de la electrónica y las baterías están apostando fuerte asegurando las alianzas.
En resumidas cuentas, Buffett es un inversor experto y Musk es un intrépido y arriesgado emprendedor. Cada uno observa el mundo desde distintos prismas.
Esto explicaría por qué Buffett parece cómodo, por ahora, con la rentabilidad que obtiene de la industria de los combustibles fósiles. Ha hecho una fuerte apuesta en las reservas de petróleo este año, y Berkshire Hathaway Energy posee explotaciones de petróleo y gas natural.
Mientras que la compañía ha prometido retirar más de dos tercios de sus plantas energéticas de carbón en Nevada, esto se debe ante todo a que el carbón es cada vez menos económico. Buffett ha afirmado abiertamente que sin ayudas no tiene sentido invertir en granjas eólicas.
Musk, por otro lado, intenta ganar dinero en el futuro basándose en la energía sostenible y alejando al mundo de los combustibles fósiles, como explicó en su Master Plan Part Deux. Es un mundo que todavía no existe realmente en muchos aspectos, pero que Musk intenta crear.
Tiene un fin oculto, más allá de la rentabilidad, y es el ayudar al mundo en su transición hacia el uso de una energía que no contribuya al cambio climático. Y eso significa que toma decisiones de negocio que no siempre son económicamente claras, como la combinación de Tesla y SolarCity.
Sus ideologías opuestas se pueden ver también en el valor de estos multimillonarios. Buffett se convirtió en la tercera persona más rica del mundo este año, mientras que Musk se situó en el número 94 del top 100. También hay que observar que Musk tiene aproximadamente la mitad de edad que Buffett y afirma que la combinación SolarCity y Tesla valdrá un trillón de dólares algún día.
Aunque es difícil comparar a un inversor experto con un emprendedor, los dos multimillonarios ejercen su influencia en la industria energética de forma fundamental. La competencia entre ellos y sus oposiciones se harán cada vez más evidentes a medida que la energía limpia continúe ascendiendo.