El reportero de Bloomberg Brett Berk se ha montado en el nuevo coche de la empresa Lucid – un vehículo que pretende hacerse con un nicho vacante del mercado de los coches eléctricos.
Justo cuando nos subimos en el Lucid Air en el aparcamiento de una finca de 55 millones de dólares de Newport Beach, ya empezamos a mostrarnos escépticos.
Debajo del envoltorio de camuflaje, el prototipo de la marca con sede en California tiene la futurista forma de rombo que hemos apreciado en fotos, pero el interior casi está vacío.
Tan solo cuenta con unos paneles de metal, sin aislamiento acústico, y un asiento de vinilo. Ninguna de las comodidades prometidas por la marca está presente, no hay pantallas para los asientos traseros, ni asientos envolventes de cromo, cuero, madera y fieltro que pretenden darle al interior del coche el aspecto de un avión de primera clase.
Sin embargo, estamos dispuestos a pasar todo eso por alto cuando el piloto de pruebas, un corredor del Campeonato del Mundo de Rally, empieza a pisar el acelerador.
Es cierto que este modelo de pruebas pesa mucho menos que el modelo acabado (este está fabricado con paneles de fibra de carbono fáciles de fabricar y reemplazar, no de aluminio y acero), y que solo cuenta con la mitad de la potencia de los 1.000 caballos y la batería de 130 kWh integrada en el suelo. Cuando el conductor pisa el acelerador, literalmente nos quedamos pegados a los asientos.
El motor eléctrico y los amortiguadores de aire activos de cada rueda, además del hecho de que la batería rebaja el centro de gravedad, hace que nos sintamos como si el coche estuviera pegado al suelo mientras bajamos dirección al mar.
Es posible que el Lucid Air todavía no esté listo para su producción, y debido a los caprichos del negocio de las startups de coches eléctricos, es posible que nunca llegue a fabricarse. (Una empresa establecida como General Motors debe invertir más de mil millones de dólares para desarrollar un nuevo coche. Imagínate lo que debe costar si no tienes una fábrica, o trabajadores, o una cadena de suministro, o una relación existente con las agencias reguladoras , o la tecnología necesaria.) Aún así, este coche ha llamado nuestra atención.
Si todo va según el plan y el Lucid Air llega a las carreteras en 2019, la empresa afirma que el sedán (que según los informes tendrá un precio de unos 160.000 $) será capaz de acelerar de 0 a 97 km/h en tan solo 2,5 segundos, tendrá una autonomía de 640 kilómetros con una sola carga e incluirá funciones avanzadas de asistencia de conducción deportiva tales como una radar, un lídar y cámaras que permitirán al coche funcionar de forma autónoma.
Ese es el sueño en el que empresas como Tesla (NASDAQ: Tesla Motors [TSLA]) y otras startups, como Faraday Future (cuyo multimillonario inversor Jia Yueting también ha invertido en Lucid), están trabajando.
Tenemos serias dudas sobre la preparación tecnológica, de indemnización, de infraestructura, de regulación y de consumo para los coches autónomos de Nivel 4 o Nivel 5 en los próximos dos (o cinco, o más) años.
Cuando se le plantea esta pregunta, el jefe de tecnología de Lucid, Peter Rawlinson, exempleado de Tesla, se desvincula de su afirmación de que la plena autonomía llegará en "el futuro cercano" y afirma que la marca simplemente está desarrollando e implementando características que permitirán que el vehículo esté “listo cuando llegue el momento”.
Un perfil llamativo y único
En la finca había otro prototipo del Air mucho más pulido, en color rodio líquido. Hay algo en lo que no tenemos ninguna duda, y es el diseño del Lucid Air.
La parte frontal es baja con luces LED. El parabrisas llega hasta casi por encima de la línea central del eje delantero, tirando de la cabina hacia delante y reduciendo el tamaño del morro.
El esculpido cuerpo de la carrocería, expandido hacia fuera en el espacio entre las ruedas, proporciona un interior del tamaño del de un Mercedes-Benz Clase S en una plataforma del tamaño de un Mercedes-Benz Clase E. Esto proporciona un amplio espacio a los pasajeros; La novedosa burbuja del techo, que tiene el aspecto de una pérgola de vidrio, le da al coche un aspecto muy peculiar.
Este es el producto que Lucid pretende lanzar para luchar con el único competidor del segmento de los coches eléctrico de lujo: Tesla. Mientras que el interior del Model S y el Model X (con un precio de 6 cifras) es minimalista y refinado, carece de cierto lujo.
Esto se debe a que los clientes compran un Tesla pensando que están invirtiendo sus 135.000 $ en una tecnología que se va a convertir en el transporte de futuro sin pensar en lujos.
Pero deja margen para que otros modelos se centren más en el lujo, especialmente para los pasajeros. Por ejemplo, todavía no existe ningún modelo que ofrezca a los pasajeros pantallas, mesas de bandeja y funciones de masaje, unas características que convertirían al coche en una oficina móvil, un lugar donde entretenerse, relajarse o dormir.
Es por esa razón que los asientos del Air son tan cómodos, ajustándose al pasajero de formas casi inimaginables. Al subirnos en el prototipo, probamos todos los movimientos posibles, y aunque resultaba bastante cómodo, también es cierto que resultaba un tanto extraño estar elevado y tener una visión tan clara del cielo a través de la cubierta de vidrio.
Por otra parte, cuando dejamos el volante y nos recostamos mirando hacia arriba a través de la cubierta, parece como si estuviéramos volando en una nave espacial, mirando hacia el cielo, sin importar por dónde estamos conduciendo.
La competencia está cerca
El Air necesitará todas las funciones y características extra posibles para 2019, no solo porque tendrá que competir con la próxima generación de vehículos de Tesla, sino porque otras marcas deportivas y de lujo.
Mercedes-Benz, Porsche, Jaguar, y Aston Martin también se disponen a lanzar sus sedanes y SUV de lujo con un precio similar más o menos por las mismas fechas. Además, todas esas empresas cuentan con otros medios de ingresos si las cosas no les van demasiado bien con sus coches eléctricos, algo de lo que Lucid carece.
Rawlinson sigue mostrándose optimista y rechaza la idea de que una compañía de lujo de coches eléctricos (y Tesla es actualmente la única) arriesga mucho dinero con cada vehículo.
"Es un mito que los coches eléctricos pierdan dinero", dice. "Sin embargo, es una jugada muy inteligente. Si dominara ese mercado, ¿no me beneficiaría enormemente que mis competidores, marcas consagradas con décadas de experiencia en la construcción de coches, creyeran que se trata de un segmento en el que se pierde dinero?