Ocho inventos y libros en los que fueron descritos por primera vez.
En 1945, el pionero autor de ciencia ficción Arthur C. Clarke publicó una obra titulada “Estación Espacial: Sus Aplicaciones Radiofónicas”. Este documento proponía que las estaciones espaciales podían ser utilizadas para transmitir señales de televisión.
El trabajo de Clark estaba muy adelantado a su tiempo, ya que en ese momento la televisión apenas estaba empezando a dar sus primeros pasos. Diecisiete años más tarde, en 1962, el satélite de comunicaciones Telestar 1 transmitió la primera señal de televisión transatlántica.
Clark no fue el primer escritor de ciencia ficción que previó la aparición de novedades técnicas, y, por supuesto, no fue el último. A continuación te presentamos algunas tecnologías y libros en los que aparecieron. Estas novelas únicas dan testimonio de la increíble creatividad y perspicacia de sus autores.
1888: Tarjetas de crédito (“Looking Backward”, de Edward Bellamy)
En el libro: En esta utopía futurista, una tarjeta permite a la gente pedir dinero prestado de un banco central a crédito, eliminando la necesidad de dinero físico. ¿Te suena familiar?
— ¿Las tarjetas de crédito se emiten a las mujeres de la misma forma que a los hombres?
— Por supuesto.
— Los créditos de las mujeres, supongo, son por sumas menores, ya que suelen tener que dejar de trabajar por asuntos familiares.
En la realidad: La primera tarjeta de crédito popular fue introducida por el Diner's Club en 1950. A partir de 2012, más de dos mil millones de tarjetas de crédito activas estaban en uso en todo el mundo, representando 1 billón de dólares de deuda.
1911: Videollamadas (“Ralph 124C 41+”, de Hugo Gernsback)
En el libro: El “teléfono” es un aparato de videoteléfono utilizado por la heroína, Alice 212B423, para pedir ayuda cuando se ve amenazada por una avalancha. En una cegadora hazaña de progreso tecnológico, es capaz de hacer esta llamada a Ralph... desde más de 6.500 km de distancia.
Después de varios intentos fallidos de restablecer la comunicación, Ralph ya estaba a punto de darse por vencido y dejar el teléfono cuando este se encendió de nuevo. Pero en lugar de la cara de su amigo, vio a una hermosa niña en la pantalla. Llevaba puesto un vestido de noche, y detrás de ella había una lámpara encendida.
Asustado al ver la cara de un completo desconocido, un inconsciente ¡Oh! escapó de sus labios, a lo que Ralph contestó rápidamente:
“Disculpe, pero parece que la operadora que ha cometido otro error. Tendré que presentar una queja".
En la realidad: hoy en día, solo en WhatsApp se realizan más de 340 millones de minutos de videollamadas a diario. Si a esto le sumamos las videollamadas de servicios como Skype, Google Hangouts, Facetime, y Facebook Messenger, la cifra se vuelve astronómica. Esta generación probablemente será la primera en hacer más videollamadas que llamadas de voz.
1931: Pastillas para mejorar el estado de ánimo (“Un mundo feliz”, de Aldous Huxley)
En el libro: “Soma” es un alucinógeno distribuido en masa por el gobierno con el fin de controlar la población. Los ciudadanos se hacen adictos a los efectos “calmantes” de la droga, por lo que la utilizan constantemente para evitar sentimientos de descontento.
— Un gramo es mejor que un enfado, dijo Lenina mecánicamente mientras se lamenta.
— ¡Ojalá tuviera mi soma!
En la realidad: son muchos los que han hecho comparaciones entre la sociedad drogodependiente de “Un mundo feliz” y la creciente dependencia de Estados Unidos de los medicamentos recetados. Además, creen que Huxley podría haber predicho la dirección de todo el mercado farmacéutico, y la noción subconsciente de que para estar “sanos" necesitamos medicamentos.
1939: Vigilancia (“1984”, de George Orwell)
En el libro: El concepto distópico de Gran Hermano se originó en 1984, dando lugar al término "orwelliano", que se usa para describir un estado totalitario caracterizado por la vigilancia, la desinformación y la propaganda. En la novela, unas pantallas telescópicas son utilizadas para observar cada movimiento de una persona - un acto flagrante de vigilancia, ya que el control total del gobierno ha eliminado cualquier pretensión de privacidad.
Tenías que vivir - y lo hacías, el hábito se convirtió en instinto - asumiendo que cada sonido que hacías era escuchado, y, excepto en la oscuridad, ningún movimiento pasaba desapercibido.
En la realidad: en 1942, apenas tres años después de la publicación de “1984”, empezó a utilizarse por primera vez la televisión de circuito cerrado (CCTV por sus siglas en inglés) con el fin de supervisar el lanzamiento de un cohete V2 en Alemania. A día de hoy, la vigilancia va mucho más allá de la simple monitorización de vídeo público. Sin embargo, en lugar de entrar en una larga e inevitablemente inquietante explicación de todas las maneras en las que los ciudadanos son vigilados por el gobierno, digamos que actualmente hay más de 32 cámaras de CCTV a 200 metros de la casa donde Orwell escribió 1984.
1968: Tablets (“2001: Una odisea del espacio”, de Arthur C. Clarke)
En el libro: los astronautas usan ordenadores tableta o “Newspads” para comprobar el estado de las naves espaciales, o cuando necesitan una línea de comunicación con la Tierra.
Floyd a veces se preguntaba si el Newspad, y la fantástica tecnología que hay detrás de ella, era el último logro del hombre en la búsqueda de las comunicaciones perfectas. Aquí estaba, lejos en el espacio, alejándose de la Tierra a miles de kilómetros por hora, pero en unos pocos milisegundos era capaz de ver los titulares de cualquier periódico que le gustara.
En la realidad: No hay consenso sobre la fecha, el lugar y las personas involucradas en la invención de las tablets. Sin embargo, la primera tablet que se vendió fue la Microsoft Tablet PC de HP, lanzada en 2002. Hoy en día, las ventas de tablets han superado las ventas combinadas de ordenadores de escritorio y portátiles.
Además, en el pasado, los pilotos de la NASA tenían que llevar pesadas bolsas con documentos de aviación. Esto condujo a la “revolución de las tablets” en la aviación. Arthur Clark debería sentirse orgulloso.
1969: Coches Eléctricos (“Stand on Zanzibar”, de John Brunner)
En el libro: La representación de Brunner de América en el año 2010 incluye vehículos motorizados que funcionan con pilas de combustible eléctricas recargables.
Se supone que es automático, pero en realidad tienes que apretar este botón.
En la realidad: La publicación de “Stand on Zanzibar” coincidió con una creciente demanda de automóviles y el programa de construcción de carreteras en EE. UU. Hoy en día, la pregunta no es si los coches eléctricos llegarán, sino cuánto tiempo tardarán en convertirse en la corriente dominante. Y la respuesta parece ser “pronto”. Tesla y Volkswagen han anunciado sus planes para producir más de un millón de vehículos eléctricos al año para el 2025, y Volvo ha declarado que para 2019 todos sus nuevos modelos serán híbridos o totalmente eléctricos.
1972: Miembros Biónicos (“Cyborg”, de Martin Caidin - también conocido como “El hombre de los seis millones de dólares”)
En el libro: El piloto Steve Austin se estrella en vuelo y pierde las piernas, el brazo izquierdo y un ojo. Sus piernas y su brazo izquierdo son reemplazados con miembros biónicos por un equipo de médicos, convirtiéndole en un "cyborg" (parte hombre y parte máquina).
Para dejarlo todo claro, me importa bastante poco tu operación. Quiero participar en ese experimento. Tan solo quiero que entiendas que no te debo nada.
En la realidad: en 1993, Robert Campbell Aird, un superviviente de cáncer muscular y amputado, recibió el primer brazo biónico del mundo en el Margaret Rose Hospital en Edimburgo, Escocia. Podía controlarlo con un dispositivo con microsensores que rastrean los impulsos eléctricos del cerebro enviados a la extremidad.
Hoy en día, los investigadores están construyendo órganos artificiales que contienen células humanas vivas. Los avances en los hígados biónicos, riñones, pulmones y corazones están listos para terminar con los trasplantes de órganos vivos.
1984: La World Wide Web (“Neuromante”, de William Gibson)
En el libro: El ciberespacio se describe como una “alucinación consensual” creada por millones de ordenadores conectados en una red globalmente accesible llamada PAX. Esta red puede ser (y de hecho es) hackeada.
Representación gráfica de los datos extraídos de los bancos de cada ordenador del sistema humano. Complejidad inimaginable. Rayos de luz en el pseudoespacio del cerebro, cúmulos y constelaciones de datos
En la realidad: esto es lo que dice al respecto MacLean Rowley, editor británico de la novela “El marciano” de Andy Weir:
La ciencia ficción a veces recibe el nombre de literatura de ideas. La novela “Neuromante” de William Gibson ilustra esto a la perfección. El autor describe cómo el protagonista, Case, cayó en una alucinación consensual que era la matriz, una nueva forma de visualizar y estudiar la información. Debido a una curiosa coincidencia, el año de lanzamiento de “Neuromante” coincide con “1984" de George Orwell. Trabajando en una máquina de escribir manual, el autor logró nombrar y presentar lo que luego se convertirá en Internet.
¿Qué sigue ahora?
En 2004, “Aire” de Geoff Ryman predijo que para el año 2020, la gente podría acceder a Internet desde sus propios cerebros - y según Ray Kurzweil, autor e inventor futurista, no nos encontramos muy lejos de conseguirlo. Kurzweil cree que en 2030 aparecerán nanobots que conectarán directamente el neocórtex humano a la red. ¿Se cumplirá también esta predicción?