Los desarrolladores de la empresa china WM DOLL afirman que han conseguido crear robots “realistas” capaces de mover los ojos, las extremidades y mantener una comunicación básica. Ahora los clientes pueden elegir el color de los ojos y el pelo de sus muñecos. Así es el proceso de fabricación de estos muñecos sexuales antes de ser enviados a los clientes.
El gerente de productos de la fábrica, Liu Ding, de 40 años, dice:
“Empezamos centrándonos en la función de hablar, luego pensamos que el robot se podía desarrollar de una forma aún mejor. Luego hicimos que los brazos y las piernas se pudieran mover, y programamos muchos modos diferentes en los robots. Esto nos permite hacer marketing con diferentes clientes objetivo”.
Pero no todo el mundo está convencido, y se teme que el uso de robots sexuales afecte a la capacidad del cliente para interactuar con personas reales.
El sexólogo Tong Li ha dicho que en el futuro la gente podría acabar prefiriendo a las muñecas a medida que nos volvemos más dependientes de Internet y “menos interesados” en socializar con la gente. Este ha dicho:
“Por un lado (una muñeca sexual con IA) satisface las necesidades de la gente y por otro lado, reduce la necesidad”.
“Es posible que después de jugar y charlar con las muñecas en casa, no tendría tanta motivación para socializar en la vida real. Porque en el futuro la gente será más dependiente de Internet y se quedará en casa. Entonces a la gente le resultará cansino charlar y socializar con otros”, dice Li.