Ocho años después de que una devastadora recesión abriera una era de política monetaria ultraexpansiva en EE. UU, la Reserva Federal comenzó el martes una reunión de dos días en la que se espera que cambie de dirección y suba los tipos de interés en una economía cada vez más normal.
La decisión se divulgará hoy a las 19:00 GMT y los mercados están preparados para un «despegue» inicial de 25 puntos básicos que llevaría el objetivo de tipos de la Fed de cerca de un cero por ciento a un rango entre 0,25 y 0,50 puntos porcentuales.
A continuación, la presidenta de la Fed, Janet Yellen, ofrecerá una rueda de prensa para comentar el último comunicado de política monetaria del banco central estadounidense.
Los mercados mostraron un escenario positivo ante el giro potencialmente histórico de la Fed. Los índices bursátiles en Wall Street subieron alrededor del 1 por ciento el martes, el rendimiento de los bonos avanzó y los analistas dijeron que, tras semanas de preparativos, la decisión de no subir tipos sería lo más perjudicial.
«Dada la fortaleza de las señales que se han enviado se destruiría la credibilidad en caso de no hacerlo», dijo el exsecretario del Tesoro Larry Summers, un escéptico de la necesidad de subir tipos en este momento, en comentarios publicados el martes en su sitio de Internet.
Un incremento de los tipos diferenciará a la Fed de los grandes bancos centrales en Tokio, Fráncfort, Pekín y otros lugares donde se lucha para estimular sus economías y generar crecimiento.
A pesar del incremento inicial esperado para hoy, la política monetaria en EE. UU. seguirá siendo muy expansiva y altos cargos de la Fed han señalado que actuarán con cautela en adelante.
Los mercados y analistas se centrarán en el lenguaje exacto que la Fed usará en su comunicado para justificar el alza de los tipos y describir cómo evaluará el momento de un segundo incremento y medidas posteriores.
Hasta septiembre, los miembros del banco central esperaban tal vez cuatro aumentos en los tipos de interés el próximo año.
La Fed tendrá que demostrar que una nueva serie de herramientas para gestionar los tipos funcionará como se espera, ver cómo los mayores tipos afectan las condiciones financieras locales y globales, y esperar que la débil demanda mundial y los precios de las materias primas no lleven a un período general de deflación y tenga que revertir el curso.