Esta reunión ha tenido lugar para analizar las diversas alternativas existentes para la gobernabilidad del país.
Breve, de unos 45 minutos. Así ha sido la reunión entre Mariano Rajoy, presidente del Gobierno en funciones, y Pedro Sánchez, secretario general del PSOE, esta mañana en La Moncloa. El encuentro ha empezado a las doce del mediodía y sobre la una, el líder de los socialistas ya estaba en la sede de su partido, en la madrileña calle de Ferraz.
Allí, en Ferraz, Sánchez ha dado una rueda de prensa en la que ha asegurado que «la repetición de las elecciones es la última de las opciones». El líder de los socialistas ha reiterado que «es responsabilidad de la primera fuerza intentar formar Gobierno» y que si lo logra, «podrá contar con el PSOE como líder de la oposición en los asuntos de Estado». No obstante ha insistido en que su formación «no va a apoyar la continuidad de Mariano Rajoy ni del PP en el Gobierno de España» y que así se lo ha comunicado en el encuentro que han mantenido. Tras pedir a todas las fuerzas políticas que respeten los tiempos, ha agregado que explorará «todas las opciones» para que haya un Ejecutivo de cambio en España.
El líder de la oposición también ha anunciado que el PSOE tratará de optar a presidir la Cámara baja, bajo el argumento de que «en la Mesa del Congreso se vea la pluralidad marcada por el mandato de los españoles». En ese escenario ha defendido que «es razonable que quien presida el Congreso no sea la primera fuerza, sino la segunda».
Preguntado por la propuesta de un pacto a tres bandas —PP, PSOE y Ciudadanos— planteada este miércoles por el líder de la formación naranja, Albert Rivera, Sánchez ha respondido que «no es tiempo de frentes, es tiempo de diálogo». «Es tiempo de que entendamos que no tenemos que dialogar unos contra otros sino entre todos. Esta etapa no tiene que ser la de las líneas rojas, sino la de tender puentes», ha agregado.
Saludo frío y casi sin mirarse
Sánchez ha llegado puntual a la sede de la Presidencia y ha sido recibido por Rajoy en la escalinata. Ambos se han saludado con un apretón de manos, gesto serio y casi sin mirarse ante los informadores gráficos y a continuación han accedido al interior del edificio.
El jefe del Ejecutivo en funciones y el secretario general del PSOE han analizado las diversas alternativas existentes para la gobernabilidad, que, en principio, pasan por un Gobierno en minoría de Rajoy o una coalición de izquierdas. En caso de que no prospere ninguna, las elecciones deberían repetirse.
Los dos protagonistas de la reunión habían mantenido desde el domingo alguna conversación telefónica, pero esta ha sido la primera vez que se ven desde su fugaz saludo con motivo de la presencia de ambos en el funeral por los dos policías fallecidos en el atentado en la embajada de España en Kabul.
También es la primera ocasión en la que han hablado después del duro debate que protagonizaron durante la campaña electoral, en el que Sánchez acusó a Rajoy de no ser decente y este le respondió que con esa acusación demostraba que era «ruin, mezquino y deleznable».
«Generosidad» para pactar
Este lunes, tras la reunión del Comité Ejecutivo Nacional del PP que analizó los resultados de las elecciones, Rajoy prometió «generosidad» para pactar con otros partidos y buscar un Gobierno «estable» siempre que se defienda «el orden constitucional» y la unidad de España.
Por ello, sin citarlos expresamente, sugirió llegar a acuerdos con PSOE y Ciudadanos, al tiempo que avanzó su intención de ponerse en contacto con los líderes de los partidos que entiende que defienden esos principios.
Fuentes del PP han subrayado que Rajoy deseaba que esos contactos comenzasen cuanto antes y de ahí que cerrase ya su reunión con Sánchez. El PSOE, por su parte, ya avanzó que no permitiría la investidura del candidato popular, una posibilidad que pasa por la abstención de los diputados de este partido.
Los socialistas entienden que, como líder del partido más votado, debe ser Rajoy el que intente formar Gobierno, y no descartan la posibilidad de que, en caso de que fracasara, Sánchez intentara abanderar un Ejecutivo de izquierdas.