El malestar de los principales dirigentes autonómicos es palpable: quieren que el congreso en el que se decidirá el futuro de Pedro Sánchez sea de inmediato.
El PSOE está dividido. Los dirigentes presentes en el Comité Federal celebrado este lunes no se ponen de acuerdo ni para calificar el clima de la reunión: mientras unos confesaban que ha sido «tenso», la dirección socialista sostiene que ha sido un encuentro «tranquilo». Lo cierto es que el PSOE ha sacado adelante la resolución en la que se marcan las líneas rojas para pactar con Podemos con solo cuatro votos en contra -de los miembros de Izquierda Socialista- pero las siete horas del cónclave han estado protagonizadas por la discrepancia entre quienes defienden que el congreso ordinario que determinará el futuro de Pedro Sánchez sea inmediato y quienes, como Ferraz, quieren posponerlo «por sentido común».
En un bando están los dirigentes de las federaciones más poderosas del PSOE: Andalucía, Castilla-La Mancha y Comunidad Valenciana, a las que se ha sumado Canarias y que cuentan con el respaldo de Aragón y con un importante número de dirigentes críticos. En el otro está la dirección del PSOE y sus dirigentes más afines, entre ellos la presidenta de Baleares, Francina Armengol; el líder de los socialistas gallegos, Juan Ramón Gómez Besteiro, o Sara Hernández, secretaria general del PSOE de Madrid.
Ferraz se da por vencedor en la batalla que se ha librado este lunes durante la reunión del Comité Federal en la que los dirigentes más críticos han planteado que el congreso en el que se elegirá a un nuevo líder o se renovará a Sánchez se celebre en febrero. «Venían como venían y se han ido como se han ido», han expresado fuentes de la dirección socialista en referencia a los dirigentes territoriales. Esas mismas fuentes sostienen que el «sentir abrumador» se ha posicionado del lado de Ferraz ya que, según su versión, más intervenciones han abogado por esperar para celebrar el congreso frente a las que han defendido que se convoque cuanto antes. Otras fuentes sostienen que un 60% prefiere adelantar la decisión.
Los dirigentes más próximos a Sánchez sostienen que en la reunión de este lunes los barones han cejado en su empeño de forzar que el congreso se celebre en febrero porque no tenían el respaldo suficiente. «Se han dado cuenta de aquí no hay solo barones», ha comentado un miembro de la Ejecutiva en conversación informal con eldiario.es. No obstante, nadie cierra la puerta por ahora a que en los próximos días las federaciones socialistas más importantes recopilen las firmas de un tercio de los miembros del Comité Federal necesarios para que se celebre una reunión extraordinaria de ese órgano en la primera quincena de enero con el objetivo de convocar el congreso a mediados de marzo.
Ferraz se enroca
Pero el malestar que existe desde hace un semana es palpable en una gran parte del PSOE, que reprocha a la dirección que haya tomado la decisión de aplazar el cónclave de manera unilateral. «No fueron Susana Díaz ni Javier Fernández quienes sacaron el tema del congreso», comentaba un destacado dirigente del sector más crítico con Sánchez, que recuerda que fue el secretario general quien abrió ese debate al anunciar su intención de aplazarlo y de presentarse, una decisión que le han reprochado públicamente y a puerta cerrada.
Esta es la respuesta de Ferraz:
«El congreso se convocará cuando toque. Cuando así lo crea conveniente la dirección de acuerdo con el contexto político y el interés general».
En el entorno de Sánchez insisten en que «los tiempos son los que son» y que el PSOE debe esperar a dirimir sus asuntos internos a que se esclarezca el escenario de gobernabilidad.
Los críticos: renovación antes de las elecciones
Es ahí donde reside el principal problema. En el PSOE se ha instalado la idea de que las elecciones tendrán que repetirse porque Mariano Rajoy no logrará formar Gobierno y que Sánchez, tampoco, porque Podemos no renunciará a la condición de pactar sobre un referéndum en Cataluña. El PSOE ha decidido que no se sentará con Pablo Iglesias si no abandona públicamente esa pretensión.
El presidente de Castilla-La Mancha y varios dirigentes han reconocido que es «más probable» que haya nuevos comicios que la llegada de Pedro Sánchez a la Moncloa.
«La aritmética no suma», sostienen los críticos con Sánchez, que apuestan por un cambio de caras y proyecto ante esos hipotéticos comicios. Consideran que repetir con la misma oferta conllevaría un peor resultado electoral e incluso que Podemos superara al PSOE relegándolo al tercer puesto, según las fuentes consultadas. Entre medias de las posiciones enfrentadas está el presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, que reconoce tener «dudas» sobre si conviene convocar tan pronto el cónclave o merece la pena esperar a que avancen los acontecimientos.
Sánchez ha prometido ante el Comité Federal que en el escenario de nuevos comicios se celebrarían primarias y también que habrá un congreso en el que todos los militantes elijan al secretario general. Sin embargo, desde Ferraz no ponen aún una fecha concreta a ese cónclave interno. ¿Sería antes de las elecciones en caso de que se repitan? «No tengo ni idea», es la contestación de la dirección, que pese a sentirse victoriosa hoy admite que lo que ha pasado esta semana "no es bueno para el PSOE". Y esta solo ha sido la primera batalla.