Rajoy continúa instalado en la estrategia de la roca. El líder del PP, que este martes tendrá que verse de nuevo con el rey, sigue decidido a no intentar formar Gobierno, por carecer de apoyos para salir airoso de la investidura.
El plan del PP pasa por nuevas elecciones y no prevé, en este momento, ningún otro escenario. Las fuentes del comité de dirección señalan:
«Si las cosas no cambian y si Sánchez fracasa en la investidura, el escenario más favorable serían nuevas elecciones. Ir a la investidura para visualizar que no tenemos apoyos y para que flagelen a Rajoy no tiene sentido.
Algo ha cambiado en el PP en las últimas semanas. En Génova ya no consideran como posibilidad que los barones del PSOE puedan descabalgar a Sánchez como antesala de un acuerdo. Los de Rajoy solo ven como opción la repetición de elecciones, con el objetivo de aumentar sus apoyos a costa de Ciudadanos.
El partido conservador descarta radicalmente la opción de favorecer con sus votos o abstenciones la configuración de un Gobierno de otro color político. Llegados a este punto, la única opción en Génova es una de las grandes especialidades de Rajoy: esperar.
La dirección popular se toma la situación con calma ante la ausencia de voces críticas que internamente planteen la posibilidad de que Rajoy dé un paso atrás. El comité de dirección de este lunes se ha desarrollado en un clima de relax. Rajoy y su equipo han compartido café y pastas para celebrar el 35º cumpleaños de Pablo Casado. La celebración se ha mezclado con el debate sobre la endiablada situación política.
Durante el encuentro del comité de dirección se ha analizado la posibilidad de que finalmente nadie compita por la presidencia. La cúpula del PP empieza a barajar la opción de que se convoque la investidura sin necesidad de que nadie presente un candidato. El PP quiere que el reloj comience a moverse de cara a unas nuevas elecciones.
Génova, sin embargo, cree que la opción más probable es que el rey acabe por encargar a Pedro Sánchez la tarea de buscar apoyos para la investidura. Los del PP tienen ahora todas sus esperanzas puestas en que el entendimiento entre PSOE y Podemos sea imposible. Esa sería la opción para un Rajoy que no tiene intención alguna de arriesgarse a un debate en el que los últimos casos de corrupción le supondrían un lastre inasumible.