La UE y Turquía endurecieron el jueves por la noche sus posiciones sobre el plan de inmigración más reciente de la UE, y dejan aún muchas controversias por resolver como parte de una propuesta de devolver sistemáticamente a los inmigrantes que llegan a las islas griegas.
Después de cinco horas de conversaciones en la cumbre de Bruselas, los líderes de la UE acordaron una posición de negociación que se aleja aún más de las demandas de Ankara, lo que prepara el escenario para un enfrentamiento hoy sobre los elementos jurídicos, prácticos y políticos clave del paquete.
Estos incluyen la negativa de Turquía a aplicar las normas internacionales al completo sobre los refugiados, un veto chipriota a la apertura de partes de las conversaciones con la UE sobre la adhesión de Ankara, y las demandas de Grecia de miles de trabajadores más para implementar el plan.
Las diferencias también se mantienenn del lado de la UE sobre las promesas de aceptar a inmigrantes sirios directamente desde Turquía para compensar por los que han sido devueltos a las islas griegas.
Angela Merkel, la canciller alemana, dijo que la última ronda de negociaciones «no será nada fácil». François Hollande, el presidente francés, añadió: «No puedo garantizar una conclusión feliz».
Las conversaciones con Turquía sobre la oferta comenzarán con Ahmet Davutoglu, primer ministro turco, que se reunirá con Donald Tusk, el presidente del Consejo Europeo, Mark Rutte, el primer ministro holandés, y Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea.
Los diplomáticos dijeron que uno de los obstáculos más grandes era la situación jurídica del plan, con la presión de España, Portugal y Francia a Turquía para renovar su sistema de asilo para que los inmigrantes de todos los países sean capaces de buscar protección internacional allí.
Según un borrador sobre la posición de la UE visto por el Financial Times, el bloque pide a Turquía ofrecer un «compromiso de que los inmigrantes devueltos a Turquía sean protegidos de acuerdo con las normas internacionales pertinentes». Ankara se resiste a cualquiera de estos cambios legales formales, lo que funcionarios de la UE temen que suponga un agujero en la base jurídica del acuerdo.
Merkel dijo que había «ciertos requisitos legales» necesarios para asegurar que los inmigrantes serían tratados con humanidad en Turquía. Mariano Rajoy dijo lo siguiente: «He defendido el principio de que cualquier decisión que se adopte debe estar en conformidad con el derecho internacional, y he dejado claro que sin eso no podríamos apoyar las conclusiones».
También resultan delicadas las demandas de Ankara para que Chipre levante la congelación de varios «capítulos» en las conversaciones de adhesión a la UE, una concesión que Nicosia no está dispuesta a hacer sin el reconocimiento de Turquía a su gobierno. Si bien el tema está relacionado con 40 años de enemistad y tiene posibilidades de estallar, los diplomáticos están discutiendo diversos compromisos para trabajar alrededor del bloque chipriota. Hollande dijo que los líderes estaban teniendo «cuidado de no nombrar los capítulos específicos».
En el frente práctico, Grecia también solicitó 4.000 trabajadores adicionales, entre los que se incluyen 2.500 de otros países de la UE, para ayudar al mantenimiento de las fronteras y a gestionar la entrada de un número estimado de 10.000 llegadas por semana, que deben ser procesadas individualmente de acuerdo con los términos del acuerdo.
Merkel dijo que Alemania estaba dispuesta a aportar personal al esfuerzo griego y dijo que los estados miembros de la UE podrían ser capaces de comprometerse a números específicos en cuestión de días.
«Todos y cada uno de los refugiados tiene que ser evaluados, todos los casos tienen que ser analizados individualmente», dijo Merkel. «Desde un punto de vista logístico, será muy importante contar con el personal necesario en las islas para realizar este procedimiento».
Charles Michel, el primer ministro belga, hizo las siguientes declaraciones: «Incluso aunque lleguemos a un acuerdo en las próximas horas, tenemos que ser conscientes de que habrá grandes necesidades logísticas y de trabajo operativo para implementarlo». Agregó que se necesitará personal para que Grecia pueda gestionar los casos con rapidez», y no en varias semanas o meses como ocurre ahora.
Merkel ha sido objeto de críticas por respaldar un acuerdo con Turquía que devolvería a miles de refugiados desde Grecia, a pesar de que los grupos de derechos humanos hayan dicho que «Turquía no es un país seguro para las personas que huyen de la guerra en Oriente Medio».
En el período previo a la operación, las autoridades habían pedido a los países que establecieran un plazo inmediato para iniciar los retornos masivos a Turquía. Algunos incluso dijeron que esto debía empezar tan pronto como la noche del domingo. Sin embargo, los líderes no pudieron ponerse de acuerdo sobre una fecha precisa, ya que Alexis Tsipras, el primer ministro griego, advirtió de que sería imposible hacerlo con una fecha de inicio apresurada.
Los líderes de la UE acordaron reasentar hasta 72.000 refugiados de Turquía mediante un plan controvertido de «uno por uno», mediante el cual Ankara sería capaz de enviar a un refugiado sirio directamente a Europa por cada uno aceptado de Grecia. Este plan se «examinaría» una vez que se alcanzara este límite, con una alianza de los países de Europa central y oriental que exigen que cese una vez que se alcance este límite.
Turquía no recibirá la promesa de volver a abrir nuevos capítulos ante los obstáculos legales que el país debe solucionar antes de que pueda entrar en la UE. En vez de esto se ofrecerá a Ankara la posibilidad de iniciar estas negociaciones «tan pronto como sea posible», de acuerdo con el proyecto.
Los jefes de gobierno de la UE también ofrecerán pagar a Turquía hasta 6 mil millones de euros a finales 2018 y se comprometieron a «movilizar» el dinero si se cumplen los compromisos de Ankara.