El Tribunal Popular Supremo de China y la Fiscalía del Estado han dictaminado hoy lunes que se aplicará la pena de muerte a los líderes corruptos que malversen o reciban sobornos superiores 410.000 euros.
Con esta medida se pretende evitar lo que sucedía hasta ahora, que dependa del juicio de los jueces decidir si la pena de muerte es aplicable o no independientemente de la cantidad de dinero en cuestión.
El Tribunal y la Fiscalía indican que si el acusado coopera con la investigación, la pena capital podría suspenderse durante dos años.