Los dirigentes del Estado Islámico parecen dispuestos a diversificar sus instrumentos para el chantaje y el terror en Occidente, según se desprende del análisis realizado por las autoridades belgas.
Los islamistas que perpetraron los últimos ataques en París y en Bélgica, se plantearon secuestrar a "una personalidad importante" en suelo europeo para intercambiarla por presos terroristas.