Corea del Sur ha dicho este jueves que le ha ordenado a Samsung Electronics tomar medidas adicionales para garantizar que las baterías usadas en los nuevos teléfonos Galaxy Note 7 son seguras, ahora que la empresa se prepara para reanudar las ventas del smartphone en el país.
El principal fabricante de smartphones del mundo anunció a principios de este mes la retirada de al menos 2,5 millones Note 7 en todo el mundo debido a las baterías defectuosas que causaban que algunos de los teléfonos prendieran fuego.
Samsung no ha querido hacer comentarios con respecto al número de teléfonos que se han retirado en Corea del Sur, pero el informe de la firma visto por Reuters, mostró que se habían vendido 429.000 teléfonos Note 7 antes de su retirada.
La empresa surcoreana está trabajando para retirar todos los dispositivos tan pronto como sea posible, con el fin de limitar los daños a su reputación e ingresos, y poder reanudar las ventas. Algunos analistas ha dicho que este incidente podría costarle a Samsung casi 5.000 millones de dólares en ingresos perdidos.