Galicia y el País Vasco renovaron el domingo sus parlamentos regionales en una doble cita electoral en la que el Partido Popular salió reforzado y el Partido Socialista sufrió un fuerte retroceso, unos resultados que no sirvieron sin embargo para descartar las terceras elecciones generales en España en un año.
Pese a que tras la fracasada investidura de Mariano Rajoy el pasado verano, se consideró que estas elecciones podrían ser un punto de inflexión para acabar con más de nueve meses de bloqueo político, las últimas semanas no aventuran modificaciones en las posiciones de los líderes, por lo que no se vislumbra la próxima formación de un gobierno en Madrid.
Tal y como se preveía, el PP renovó en Galicia su tercera mayoría absoluta consecutiva, la única que queda en una autonomía tras la fragmentación política que ha sufrido el país en los últimos años. Por su parte, los socialistas registraron sus peores resultados históricos en tierras gallegas, empatando en escaños con En Marea, la marca regional de Podemos, pero perdiendo la segunda posición en votos.
En el País Vasco, el Partido Nacionalista Vasco ganó de nuevo sin mayoría absoluta, por lo que estará una vez más obligado a pactar para retener el Gobierno, con EH Bildu resistiendo en la segunda posición pese a la fuerte irrupción de Podemos, realizada a costa del hundimiento de los socialistas.