La UE ha establecido aranceles provisionales de importación para dos tipos de acero que llegan al bloque procedentes de China, para compensar lo que considera unos precios injustamente bajos, en un movimiento que probablemente no le guste a Pekín.
Los aranceles son la última de una serie de defensas contra las importaciones de acero chino en los últimos dos años, para contrarrestar lo que los productores de acero de la UE dicen que es una marea de acero vendido a pérdidas a causa del exceso de capacidad en China.
El sector británico del acero ha recortado unos 5.000 empleos en el último año, mientras pasa apuros para competir con las baratas importaciones chinas y unos altos costes de la energía.
Los gobiernos del G20 reconocieron el pasado mes que el exceso de capacidad del acero era un problema grave. China, fuente del 50% del acero del mundo y su mayor consumidor, ha dicho que el problema es un asunto global.
Los aranceles entrarán en vigor ocho meses después del lanzamiento de las investigaciones, un mes antes de lo habitual. La Comisión Europea se comprometió a acelerar sus acciones de defensa comercial bajo presión de los productores de la UE.