Los presidentes de Toyota y Honda han afirmado hoy que no tienen planes inmediatos para reducir su producción de vehículos en México. Ambos prefieren esperar a que Donald Trump asuma la presidencia de Estados Unidos para tomar una decisión al respecto.
Trump ha criticado a las empresas que operan en Estados Unidos por producir automóviles en fábricas de México a menor coste y restar así empleos a los estadounidenses. La situación se agravó esta semana cuando, tras recibir duras críticas, Ford Motor canceló su inversión de 1.600 millones de dólares para la construcción de una planta en México.
Trump también advirtió que General Motors podría quedar sujeta a impuestos por sus coches fabricados en México y comercializados en el mercado estadounidense.