A pesar de un inicio sorprendentemente sólido del año, la economía china perdió impulso en abril. Tanto la producción fabril como la inversión y las ventas minoristas se debilitaron en medio de la lucha de las autoridades contra los riesgos del endeudamiento.
Pekín ha seguido limitando el financiamiento especulativo en los últimos meses, para hacer frente a la amenaza sistémica que representa el estímulo alimentado por el crédito barato desde la crisis financiera mundial de 2008-2009.
Los datos dados a conocer hoy subrayan el impacto económico de estas restricciones, con una producción fabril inferior a la prevista en abril, y una inversión en activos fijos en los primeros cuatro meses del año, lo cual refuerza la evidencia de un debilitamiento del sector manufacturero.
La producción fabril subió un 6,5% en abril frente al 7,6% de marzo.
Asimismo, los datos han mostrado que la inversión en desarrollo inmobiliario se recuperó en abril, aunque el crecimiento de las ventas fue significativamente más lento, lo que sugiere que la inversión en el sector se mantuvo sólida, aun después de que se intensificaran las medidas para enfriar al mercado.