Con las protestas que han acabado con la muerte de una docena de personas, muchos venezolanos le dieron la espalda ayer domingo a las elecciones de una polémica asamblea constituyente impulsada por el presidente Nicolás Maduro, que ha desatado condenas internacionales desde América hasta Europa.
Cortando algunas calles con sogas o barricadas de basura, los manifestantes opositores protestaron ayer domingo pero fueron repelidos por las fuerzas de seguridad, en la jornada más mortal desde que empezara la ola de manifestaciones en abril.
Según el Consejo Nacional Electoral (CNE), poco más de 8 millones de personas - un 41,5% del padrón- participaron en la votación, mientras que la oposición afirma que la participación ha sido de tan solo el 12%.
El Gobierno ha intentado dar la imagen de que las votaciones se han desarrollado en un ambiente pacífico, pero el número de muertos deja muy claro que no ha sido así.