El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, ha indicado que su institución no es competente para regular las criptomonedas.
En unas declaraciones ante la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo, Draghi ha afirmado que "el banco no tiene competencia para regular y prohibir" el bitcoin (BITCOIN: Bitcoin) y otras monedas digitales.
Las declaraciones se han producido como respuesta a una pregunta de la comisión sobre si el BCE tiene la intención de establecer un marco normativo o de prohibir totalmente las criptomonedas, y si Draghi considera la necesidad de unos mayores requisitos de capital para el fintech con el fin de proteger al sector bancario. Recordemos que China ha empezado recientemente ha realizar un estricto control de los intercambios del país.
Draghi ha revelado que el BCE todavía no ha discutido sobre el posible impacto de las criptomonedas, pero lo más probable es que se analice el riesgo que estas representan debido a su extensión, uso e impacto económico.
"Tenemos que preguntarnos sobre los efectos de las monedas digitales en la economía", ha declarado Draghi, añadiendo que todavía se encuentran en una fase de desarrollo demasiado temprana como para ser consideradas un método viable de pago.
La principal preocupación del BCE sobre las criptomonedas y la innovación digital en general es la ciberseguridad, ha continuado, destacando que la protección frente a los riesgos cibernéticos preocupa al BCE.
A principios de este mes, Draghi también criticó la iniciativa propuesta por el proyecto e-Residency de Estonia que pretende lanzar una moneda nacional llamada "estcoin", diciendo:
"Ningún Estado miembro puede lanzar su propia moneda. La moneda de la Eurozona es el euro".
Draghi no es el único alto funcionario del Banco Central Europeo que se ha pronunciado sobre las criptomonedas durante los últimos días.
El vicepresidente del banco central, Vitor Constancio, acaparó los titulares la semana pasada después de afirmar que las criptomonedas son un activo puramente especulativo, llegando a compararlas con la "fiebre de los tulipanes", la burbuja comercial que tuvo lugar en los Países Bajos durante el siglo XVII. Constancio declaró que el BCE no ve la tecnología como una "amenaza a la política del banco central".