El precio de la criptomoneda Moncaco ha crecido un 695% desde el 17 de mayo, después de que la compañía emisora anunciara en su Twitter que planea cerrar un acuerdo con Visa y emitir tarjetas de pago Wirecard vinculadas a su moneda, según ha informado Bloomberg.
A finales de mayo, la empresa emitió un comunicado de prensa describiendo los beneficios de su tarjeta Visa. Entonces se asumió que la compañía desarrollaría el primer programa Cashback de criptomonedas, el cual debería permitir a los usuarios "gastar, enviar e intercambiar dinero a los mejores tipos de cambio interbancarios, ahorrando entre 30 y 40 € por cada 500 € gastados".
Monaco funciona con Wirecard AG, que emite tarjetas bajo una licencia de Visa. Un representante de la empresa no ha hecho declaraciones sobre cómo el hecho de haber anunciado un acuerdo no cerrado podría afectar a la asociación.
"Mirando hacia atrás, probablemente no deberíamos mencionar el nombre de Visa. Probablemente, sería más prudente mantenerlo en secreto hasta que todo esté listo", dijo el jefe de Monaco, Kris Marszalek.
El 31 de agosto Monaco anunció el lanzamiento de una nueva aplicación móvil y cinco tarjetas de pago diferentes, pero Visa ya fue mencionada.
Según Marszalek, los clientes ya han reservado 13.000 tarjetas, y un inversor se ha llegado a gastar 2 millones de dólares para conseguir la tarjeta número 1.
Según Coinmarketcap, durante las últimas 24 horas, la criptomoneda ha caído un 3,61% hasta los 7,42 $, situándose su capitalización de mercado en algo menos de 71 millones de dólares. El 48% de su volumen de negocios se encuentra en el intercambio Binance, y el otro 39% en Bittrex.
Para las compañías emergentes de criptomonedas, la asociación con Visa es extremadamente importante, ya que en teoría significa que la moneda puede ser aceptada como medio de pago en los 44 millones de puntos de venta con los que opera Visa. Sin embargo, para el desarrollo de los pagos también hay obstáculos. Mientras que las criptomonedas suelen ofrecer a sus usuarios unas transacciones relativamente anónimas, los sistemas de pago y las instituciones financieras deben seguir la regla de "conocer a sus clientes" para prevenir el lavado de dinero y el financiamiento de actividades delictivas.