La sesión de negociación en la Bolsa de Tokio ha cerrado con un crecimiento de los principales índices siguiendo el ejemplo de Nueva York y las estadísticas positivas sobre pedidos industriales en el campo de la ingeniería.
El índice Nikkei 225 (INDICE: N225.INDEX) ha crecido un 0,28%, hasta los 20.881,27 puntos. Se trata de un nivel máximo que no se había alcanzado desde el 5 de diciembre de 1996.
El índice TOPIX ha subido un 0,1%, hasta los 1.696,81 puntos.
Según los analistas, Japón está listo para salir del estancamiento, pero a largo plazo la economía podría no cumplir con las expectativas debido a su orientación hacia el comercio y el envejecimiento de la población.
El aumento de los precios del petróleo ha repercutido de forma positiva en las empresas japonesas de procesamiento y energía. Las acciones de Inpex subieron un 0,39%, hasta los 1.171,5 yenes, mientras que las de Japan Petroleum Exploration lo han hecho en un 0,09%, hasta los 2.332 yenes.
Según los analistas, el principal factor de crecimiento es el aumento de los índices de los mercados estadounidenses. Sin embargo, Japón todavía no se encuentra en el mismo nivel de Estados Unidos, donde desde los índices han batido varios récords en lo que llevamos de año.
Según el Ministerio de Japón de Hacienda, entre abril y junio los beneficios de las empresas (excluyendo las financieras) aumentaron un 23% interanual, hasta alcanzar un récord de 22 billones de yenes (196.000 millones de dólares).
Al mismo tiempo, el cambio de divisas se lleva a cabo con bastante calma: los inversores siguen temiendo el desarrollo del conflicto con Corea del Norte.
Al mismo tiempo, se han ajustado las acciones de las empresas de defensa, que han crecido en los últimos días. Por lo tanto, las acciones de Ishikawa Seisakusho han caído un 12,68%, hasta los 3.650 yenes, mientras que las de Howa Machinery lo han hecho en un 6,86%, hasta los 1.534 yenes.
Las acciones de Kobe Steel, la tercera mayor empresa siderúrgica japonesa, se desplomaron después de que el fabricante confesara haber falsificado datos para demostrar que sus productos cumplen con los requisitos de los clientes.