Durante el tercer trimestre de 2017, los beneficios de Foxconn cayeron en un 39% interanual, hasta situarse en los 700 millones de dólares.
Esto se debe a la demora en el lanzamiento del iPhone X. Foxconn recibe menos iPhones de los que puede ensamblar.
Las principales dificultades se encuentran en la nueva pantalla OLED del iPhone X, ya que hay pocos fabricantes de este tipo de accesorio en el mercado. Además, los fabricantes tienen problemas con el proceso técnico de ensamblaje del sistema Face ID.
Los gastos operativos Foxconn crecieron en un 16% debido al hecho de que el proceso de producción del iPhone X es más complicado que el de modelos anteriores.
Las acciones de Foxconn cayeron en un 1,24% tras la publicación del informe.
Foxconn es el único ensamblador del iPhone X, y más de la mitad de los ingresos de la compañía provienen de la producción de los teléfonos inteligentes de Apple.