Uber ha anunciado que en octubre de 2016, unos hackers robaron de sus servidores los datos de 50 millones de clientes y 7 millones de conductores, según ha informado Bloomberg.
Al mismo tiempo, la compañía no informó a las autoridades o los conductores sobre el hackeo, algo que va en contra de la ley. Uber pagó 100.000 dólares a los hackers para que eliminaran la información y no informaran sobre el robo.
Entre los datos robados se encuentran los nombres, las direcciones de correo electrónico y los números de teléfono de los clientes.
Después del anuncio de Uber, el fiscal de la ciudad de Nueva York, Eric Schneiderman, inició su propia investigación; varios clientes han presentado una demanda colectiva contra la empresa por gestión inadecuada de sus datos. El director ejecutivo de Uber, Dara Khosrowshahi, ha dicho:
"Esto no debería haber sucedido, no lo justificaré. Hemos cambiado nuestra forma de hacer negocios".
El hackeo tuvo lugar cuando Uber estaba dirigido por Travis Kalanick, quien renunció a su cargo en el verano de 2017.