Tan pronto como un grupo de medios de comunicación hizo público el pasado domingo que algunas de las personas más ricas del mundo, incluidos políticos y empresarios, habían canalizado miles de millones a través de cuentas offshore, las repercusiones no se hicieron esperar.
Los funcionarios públicos han respondido con indignación, fanfarronería, negaciones, seminegaciones, o todo lo anterior. Bancos como HSBC PLc y UBS Group AG han insistido en que cumplen las normas e investigan minuciosamente a sus clientes. Y los organismos reguladores han dicho lo habitual: “Lo investigaremos”
En muchos aspectos, los artículos publicados por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ por sus siglas en inglés), simplemente han confirmado lo que los expertos han sabido desde hace tiempo: La gente rica, importante o no, usa a menudo cuentas bancarias offshore —y, en la mayoría de los casos, esas cuentas son perfectamente legales.
Ecosistema Offshore
Aun así, para los líderes políticos y del mundo empresarial, así como sus facilitadores financieros, incluso las cuentas bancarias offshore pueden plantear preguntas incómodas. Según los informes del pasado domingo, de los que se dice que están basados en 11,5 millones de documentos filtrados de un bufete de abogados panameño, una vez más han dirigido la atención a los ecosistemas offshore usados por las élites mundiales, que a veces parecen operar más allá de las fronteras convencionales. Hasta el momento, el alcance completo de las acusaciones sigue sin estar claro.
Los papeles de Panamá, como están llamando a estos documentos, podrían representar la punta del iceberg para algunos. El ICIJ ha declarado que la memoria de filtraciones en su posesión implica a más de 200.000 empresas fantasma. El bufete de abogados panameño en el centro de estos informes, Mossack Fonseca, ha negado cualquier acto ilícito.
En una declaración al ICIJ, el bufete ha sostenido que “siempre ha cumplido los protocolos internacionales […] para asegurar, en la medida de lo posible, que las empresas que incorporamos no se están usando para evasión de impuestos, blanqueo de capitales, financiación terrorista u otros propósitos ilícitos”.
Como declara en un correo electrónico Mark Williams, un profesor de la Universidad de Boston y autor de “Uncontrolled Risk”, libro sobre el ascenso y caída de la empresa de servicios financieros Lehman Brothers Holdings Inc., “Una filtración ha sacado a la luz una red mundial de más de 200.000 empresas fantasmas offshore: Imaginen lo que pondrían al descubierto filtraciones en otros bufetes y bancos bien situados”.
“Sano y salvo”
“El blanqueo de capitales offshore mundial es un negocio de varios miles de millones de dólares y sigue estando sano y salvo”, afirma Williams, hablando en términos generales.
“Esta filtración es una prueba de que a pesar de existir leyes contra la evasión de impuestos, usos delictivos y blanqueo de capitales en los bancos, el juego de los negocios fantasmas offshore en todo el mundo sigue estando abierto para aquellos que son ricos y tienen buenas conexiones”.
A pocas horas de la publicación, los artículos provocaron una tormenta política en Islandia, donde el primer ministro, Sigmundur David Gunnlaugsson, se enfrentó a un voto de censura. Gunnlaugsson declaró ayer lunes que la empresa mencionada en el informe del ICIJ “es una empresa de la que mi esposa es propietaria, y que siempre ha pagado impuestos y ha aparecido en nuestra declaración fiscal”.
Los informes han suscitado duros reproches por parte de un confidente del presidente ruso, Vladimir Putin.
“Eso son chorradas”, declaró Andrey Kostin, el director general del grupo ruso VTB Bank, ayer lunes en una entrevista con la Bloomberg Television. Los informes mencionaban que Putin estaba vinculado a una “red clandestina” operada por sus asociados, que habían movido al menos 2.000 millones de dólares a través de bancos y empresas en paraísos fiscales. En la mayoría de los casos, el informe decía qué dinero y poder transferían “a empresas y personas ligados a Putin” a través de esa red.
El presidente ucraniano, Petro Poroshenko, cuyo nombre aparece en los informes del ICIJ, ha declarado que él no se encarga de gestionar su propio dinero. Argentina sostiene que su presidente, Mauricio Macri, había sido director de una empresa offshore pero nunca había poseído participación alguna en la misma.
Líderes mundiales
Según el ICIJ, el tesoro incluye empresas en paraísos fiscales vinculados a 12 líderes, anteriores y actuales, del mundo, así como negocios financieros ocultos por parte de 128 políticos, funcionarios públicos y famosos del entretenimiento. Entre los titulares de las cuentas se incluyen tanto antiguos líderes como actuales de Georgia, Irak, Jordania, Qatar, Arabia Saudí, Sudán y los Emiratos Árabes Unidos.
Los informes también dicen que HSBC, UBS y Credit Suisse Group AG se encontraban entre los cientos de bancos que remitieron a sus clientes al bufete de abogados panameño para ayudarlos a montar empresas fantasma. Los bancos han negado cualquier acto ilícito por su parte.
Aunque las propiedades en paraísos fiscales son normalmente legales, también pueden utilizarse para ocultar riquezas. Desde la crisis financiera de 2008, los gobiernos occidentales han intentado arrojar más luz sobre los centros bancarios offshore, argumentando que pueden usarse para evadir impuestos u ocultar fondos ilícitos.
Quizás, las declaraciones más explosivas halladas en los informes son aquellas sobre las vinculaciones a Putin. Según el informe, los documentos no mencionan al presidente ruso. Resumen un ejemplo de sus descubrimientos: la creación, en menos de 24 horas, de una cadena de cuatro empresas fantasmas en tres países diferentes, incluyendo dos bancos —un proceso que hizo que el dinero detrás de todo ello fuera “casi imposible de localizar”.
Los papeles de Panamá han aparecido en un momento delicado para la industria financiera. En los últimos años, los mayores bancos del mundo, incluidos HSBC y UBS, han pagado miles de millones en multas por ayudar a clientes acaudalados a evadir impuestos o por no tener suficientes garantías en orden para evitar el blanqueo de dinero. Estos problemas se están trasladando al centro del debate político, puesto que aumentar la desigualdad en las economías desarrolladas provoca reacciones populistas.
Según ha declarado José Ugaz, presidente del grupo de defensa Transparency International:
“La investigación de los papeles de Panamá desenmascara el lado oscuro del sistema financiero mundial, donde bancos, abogados y profesionales financieros permiten que empresas secretas oculten capital ilícito y corrupto”.
La respuesta de los reguladores
Los informes han suscitado una rápida respuesta por parte de las autoridades europeas. Los organismos reguladores de Austria, los Países Bajos, Suecia y Suiza han dicho que estudiarán las acusaciones.
Finma, el organismo regulador suizo, ha declarado en un correo electrónico que pretende “aclarar” hasta qué punto los bancos suizos podrían haber hecho uso de los servicios de Mossack Fonseca y si los bancos no han respetado las disposiciones suizas o las normas de supervisión bancaria.
El Ministro de Economía de los Países Bajos ha hecho saber que el banco central holandés, que está investigando las compañías fiduciarias y los posibles blanqueos de capital en el fútbol profesional, tendrá en cuenta los papeles de Panamá durante dicha investigación.
Según informes del diario El Mundo, en España, el fisco ya está investigando posibles fraudes fiscales en una empresa registrada en Panamá de la que fue presidenta Pilar de Borbón, tía del rey Felipe VI. El portavoz de la agencia ha declarado que no tenían más comentarios por el momento. Pilar de Borbón no quiso hacer ningún comentario ante las preguntas del ICIJ, como declaran en su página web.
El Banco Central Europeo, que regula las mayores entidades de crédito de Europa, la Autoridad de Conducta Financiera de Reino Unido, así como el supervisor alemán (BaFin), tampoco han querido hacer ningún comentario.
¿Está declarada o no?
Según Peter Hahn, profesor en el Instituto de Servicios Financieros de Londres, lo que hace que una cuenta bancaria offshore sea ilegal o no, es simplemente una pregunta sobre si está declarada en el fisco.
“En lugar de culpar a los bancos por tales transacciones, la atención internacional debería centrarse en pedir que salgan a la luz aquellos que están al final de la cadena de propietarios de empresas fantasma, eliminando así la habilidad que poseen aquellos sin escrúpulos para hacer un mal uso del sistema bancario y crear enormes costos de conformidad para los negocios legítimos”, continúa Hahn en respuesta a las preguntas enviadas por correo electrónico.
Williams de la Universidad de Boston ha sido incluso más directo.
“El negocio del blanqueo de capitales tiene un alcance mundial y no será eliminado hasta que a los bancos, bufetes de abogados y otros facilitadores se les haga responsables y paguen por favorecer tales acciones ilegales. Las multas puede que no sean suficientes. Sería también necesario tener poder para cerrar esas empresas, creando así el factor desmotivador definitivo para aquellos que infringen la ley”.